Temprano en la tarde, Kiyama Hiroto y Midorikawa Ryuuji se reunieron frente a la puerta del orfanato "Ohisama En". Kira Hitomiko les había dicho que tenía que presentarles a alguien que les interesaría, así que su curiosidad se había visto incrementada. Hacía mucho frío aquel día, y se había pasado nevando toda la noche anterior, así que se oía a los niños del recinto jugando con la nieve, animados. La muchacha, entonces, salió a recibirles a la hora acordada, dedicándoles en seguida una sonrisa cálida.
-Hola, Hiroto, Midorikawa –saludó ella.
-Cuánto tiempo, nee-san –sonrió el pelirrojo a la vez que su compañero le dedicaba una educada reverencia a modo de saludo.
-Pasad, chicos. Quiero presentaros a alguien.
Ambos obedecieron, siguiendo a la mayor en dirección al interior del orfanato.
-¿Por qué a nosotros, Hitomiko-san? –Preguntó Midorikawa con curiosidad.
-Porque sé que vosotros podéis ayudarle.
-Se llama Kariya Masaki, y fue abandonado por sus padres. No confía en nadie, así que siempre está solo. Y yo quería pediros... que le hicierais compañía.
-¿Compañía?
-Sí –Hitomiko se acercó a la ventana que daba al patio y señaló hacia uno de los columpios. En él había un niño sentado, sin columpiarse, muy serio y mirando al suelo, como perdido en sus pensamientos-. Es él. Me recuerda a alguien –afirmó mirando después a su hermano-. ¿A ti no, Hiroto?
El pelirrojo se mantuvo en silencio, acercándose también a la ventana y observando al pequeño allí sentado. Sí... le recordaba a sí mismo. Midorikawa se acercó a su compañero y le puso una mano en el hombro.
-¿Hiroto?
-Estaremos con él...
-Ha sido una tarde bastante dura, ¿no crees? –Comentaba Midorikawa de camino de vuelta del orfanato-. Ha sido difícil hablar con Kariya, pero al final ha cedido un poco.
-Sí –hablaba el pelirrojo mientras observaba al contrario con una sonrisa. Le gustaba tanto verle así de emocionado... Hasta que en un momento, Midorikawa se calmó un poco y llevó una mano hacia la bufanda que cubría su cuello, subiéndola un poco para que ocultara ligeramente su boca.
-¿Sabes...? He estado pensando una cosa... –El silencio se adueñó de la conversación, sumiendo las calles en la tranquilidad más absoluta que podía verse. Todos los ciudadanos estaban en sus casas, preparando las cenas navideñas, y el olor a chimenea se respiraba por cualquier esquina de la ciudad-. ¿Y si... adoptamos a Kariya...?
Aquella pregunta pilló a Hiroto completamente desprevenido, por lo que dio incluso un pequeño respingo.
-¡¿Eh?!
-No ahora, claro. Sino... cuando crezcamos... Podríamos vivir los tres juntos. Y Kariya estudiaría en el Raimon. Allí seguro que conoce a muchísimos nuevos amigos. Y...
Hiroto, en ese momento, interrumpió las palabras del peliverde al darle un tierno beso en la mejilla, de forma cálida.
-Pareces una madre que acaba de tener su primer hijo.
Midorikawa respondió a aquello con una pequeña risa, divertido.
-La verdad es que me emociona pensarlo. ¿A ti no? Imagínalo por un momento. Tú y yo trabajando, Kariya en el Raimon. Al volver a casa, tendremos la comida hecha porque habría que dejarla preparada el día anterior, y cuando Kariya llegue a casa, tendrá una familia con la que poder estar. Unos padres con los que pueda hablar y que de verdad le den el amor que necesite.
"La nieve comienza a caer lentamente en la ciudad Inazuma, inundando de nuevo el ambiente de blanco, mientras los dos chicos caminan de vuelta a casa, hablando de su futuro juntos, tomándose de las manos y entrelazando sus dedos".
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Especial Navidad Inazuma Eleven
Fanfic14 historias cortas con los personajes de Inazuma Eleven viviendo su día de Navidad.