Haruna y Kogure

890 55 1
                                    

La más joven de la familia Otonashi, Haruna, se encontraba en la cocina ayudando a su madre adoptiva a preparar la mesa. La comida ya estaba toda hecha, y solo faltaba por llegar un invitado muy especial al que la chica había llamado. La casa estaba decorada al más puro estilo navideño. Las guirnaldas de colores rojo, verde, plateado y dorado decoraban cada uno de los rincones de aquella humilde vivienda. Algunas estrellas hechas a mano por la propia Haruna estaban pegadas en las paredes o colgadas del techo. La chimenea, adornada con algunas velas de motivos navideños y una pequeña campanilla dorada y roja en el centro, encendida para dar calor a los que allí se encontraban. El árbol de Navidad, de un tamaño medio, no demasiado grande ni demasiado pequeño, daba un añadido de color al salón, con las luces centelleantes, azules, amarillas, rojas, violetas... Y, lo más importante, los villancicos sonando de fondo para dar a aquella cena un ambiente más acogedor y familiar. El olor a pavo recién horneado inundaba también la estancia, y la nieve cayendo afuera de la casa, observándose a la perfección por las ventanas, daba el toque de perfección a la velada. Haruna estaba terminando de poner el último plato en la mesa cuando, en ese momento, alguien llamó a la puerta.

-¡Ya voy yo!

La chica fue en seguida a la entrada, abriendo para dejar paso a la persona que afuera se encontraba. Kogure Yuuya. El chico se encontraba colocándose la pajarita torpemente, vestido de forma muy elegante, aunque repitiendo el traje que había usado en el evento de los Knight of Queen en el FFI.

-Hola, Haruna –saludó él, algo nervioso tal vez, extendiendo los brazos a los lados para que ella le mirara-. ¿Voy bien para la cena...?

-Hola, Kogure-kun –devolvió el saludo ella, echándose a un lado para dejarle pasar-. Estás genial así. Vamos, pasa. Mis padres te esperan impacientes. Están deseando conocerte.

Kogure tragó saliva bastante nervioso, y, tras tomar aire, entró en la casa, oyendo cómo la puerta se cerraba a su espalda. A pesar de que fue de forma muy suave, dio un respingo. Tales eran sus nervios que aquellas reacciones eran obvias. En seguida llegó al salón, donde se encontraba la familia Otonashi.

-¡B-buenas noches, señores Otonashi! –Exclamó él. Ambos mayores le sonrieron con ternura.

-Buenas noches, Kogure-kun –saludó la señora de la casa, retirando una de las sillas para indicarle que tomara asiento-. Adelante. Estás en tu casa.

-Haruna nos ha hablado muchísimo de ti –continuó el señor Otonashi. Kogure sonrió levemente al escuchar ambos comentarios.

-Gracias por dejarme cenar aquí esta noche.

El chico, tras un suave empujón de la chica en su espalda, echó a caminar hacia la mesa, sin poder borrar aquella sonrisa de sus labios. Le era imposible...

-Espero que disfrutes de esta noche, Kogure-kun –le deseó Haruna antes de sentarse a su lado en la mesa, mirándole de reojo y viendo aquella felicidad de la que era preso el chico.


"Es la primera vez en muchos años, más incluso de los que alcanzo a recordar, que soy feliz de verdad. Con los chicos en el Inazuma Japan y en el Raimon me he divertido más que nunca, incluso en el Manyuuji me lo paso bien. Pero... la calidez de una familia como esta... jamás he podido sentirla. Desde que mis padres me abandonaron, no he querido saber nada de la Navidad o de cualquier evento en el que se necesitase estar en un ambiente así. Así que... gracias, Haruna. Sé que he sido difícil de tratar, pero, aun así, tú has estado ahí para mí... Nunca lo diré en voz alta, pero eres como la hermana mayor que nunca tuve, a pesar de que tengamos la misma edad. Sin ti, estaría pasando de nuevo una fría y solitaria Navidad. Y ahora, de todo corazón, puedo decir que, con toda seguridad, soy realmente feliz, y vuelvo a sentir el amor de una familia feliz".



Especial Navidad Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora