Endou y Kazemaru

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Gracias a la carrera que se dio el portero y capitán del Raimon, al final consiguió llegar a tiempo a casa de su mejor amigo. Una vez frente a la puerta, se ajustó la pajarita, jadeando para recobrar el aire, y carraspeó antes de llamar al timbre. Se escuchó la voz del peliazul desde el otro lado de la puerta, avisando de su llegada a la entrada, y fue entonces cuando esta se abrió. Las miradas de ambos se cruzaron y se sonrieron al mismo tiempo. Kazemaru llevaba puesto un delantal en ese momento para la sorpresa de Endou.

-Feliz Navidad, Kazemaru. ¿Y ese delantal?

-Feliz Navidad a ti también. Pues... estoy terminando de preparar un par de platos. Pero pasa, sin problemas –respondió el defensa a la vez que se echaba a un lado y dejaba pasar a su amigo.

-Con permiso –canturreó el castaño. La casa de los Kazemaru estaba decorada al más puro estilo navideño, pero también de forma humilde. Los dos hermanos vivían prácticamente solos, por ello se limitaban a lo justo. Pero aun así se respiraba el ambiente de aquellas fiestas. Kazemaru cerró la puerta en cuanto el portero entró, y se fue directamente a la cocina para poder seguir con lo que estaba haciendo.

-Termino enseguida, ¿vale?

-Claro. Tómate tu tiempo, Kazemaru. No tengas prisa –le dijo Endou, siguiéndole hasta el lugar mencionado. No tenía nada que hacer hasta que el peliazul no acabara, así que se limitó a observarle.

-Espero que te guste todo. Mi hermano cocina mucho mejor que yo, pero...

-¿Lo has hecho todo tú?

-Sí...

Endou sonrió ante aquella idea. Kazemaru esforzándose tanto por él... Sin poder evitarlo, acabó acercándose a él lentamente, sin molestarle, en silencio... hasta que pasó sus manos por la cintura del peliazul, abrazándole por la espalda y apoyando la cabeza en su hombro. El defensa dio un pequeño respingo a la vez que le miraba de reojo, sin esperarse aquello.

-Gracias, Kazemaru... creo que estas van a ser las mejores navidades de mi vida...

-Endou...

El portero le abrazó con algo más de fuerza, cerrando los ojos suavemente, y respirando el aroma de su compañero. Kazemaru cerró los ojos también, dejándose abrazar por él.

-Te quiero...

Susurró el castaño en el oído del contrario. El defensa se mordió levemente el labio inferior, notando cómo sus mejillas se teñían de un rubor algo notable. Aun así, sonrió con ternura, girando un momento la cabeza para besar su mejilla.

-Yo también te quiero...

-Y... ¿Santa Claus sabrá que yo duermo aquí esta noche?

Con aquella pregunta, Kazemaru no pudo evitar reírse divertido, continuando entonces con la comida.

-Claro que lo sabe.Santa Claus lo sabe todo.

Endou esbozó unasonrisa muy amplia en su rostro, abrazándole algo más.

-¡¿De verdad?! ¡¿Y me dejará regalos aquí?!

-Por supuesto.


"Y así, los dos amigos, quizás algo más desde siempre, terminaron de preparar la cena navideña mientras esperaban al hermano del peliazul. Lo más importante en ese momento para ellos, solo era una cosa... solo querían pasar la Navidad con esa persona tan importante... Es importante dar amor en estas fechas, y por ello lo demostrarían".



Especial Navidad Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora