Desesperación

42 8 0
                                    


Capítulo 10

Marzo 5

Estaba en un lugar completamente oscuro, ¿Dónde estoy? ¿Dónde me encuentro? ¿Estoy muerto? Eran las preguntas recurrentes que pasaban por mi cabeza, observe que todo parecía un bosque, la luna platinada en lo más alto del cielo y las luciérnagas eran la luz que había para guiarme, en aquella oscuridad algo más brillaba, comencé a caminar hacia ese lugar, era un lago donde se reflejaba la luna, en la orilla del lago lo observe a él sentando mirándolo.

-oh. . . llegaste –profirió –

-¿Dónde estamos? –Pregunte para llegar a su lado –

-¿qué importa dónde estemos? Es mucho mejor que ese infierno –Comentó arrojando una piedra al lago, al hacerlo todo se comenzó a iluminar con distintas plantas acuáticas que desprendían su brillo –

-bueno es un lugar bonito sin duda –Respondí sentándome admirando todo el lugar y las luciérnagas que revoloteaban de un lado a otro –

-No es mucho más bonito que tus ojos –profirió –

-¿qué? –Contesté para mirar la sonrisa en sus labios –

-Ya me oíste bien, todo este lugar no se compara con la belleza de esos ojos mares –Pronuncio lanzando otra piedra al lago –

-No digas tonterías ¿Qué belleza podrían tener unos ojos cualquieras? –Comenté –Muchas personas nacen con los ojos azules

-Tienes razón, hay varias personas que nacen con los ojos azules hasta los míos, pero. . . yo no dije que tus ojos eran un azul cualquiera, tus ojos son como mirar al mar en su profundidad adentrando al que lo mira en aquel profundo oleaje sin poder dejarlo escapar, tus ojos tienen ese encanto particular –mis mejillas se tiñeron de rojo por ello –y míralos ahora brillando como luceros. . . son hermosos sin duda.

-Deja esas encantadoras palabras para una mujer –Respondí haciendo que él riera –

-pero no quiero, deseo dártelas a ti –Se acercó a mí haciendo que por inercia retrocediera – ¿acaso niegas sentirlo?

-¿sentir qué? –Contesté hasta chocar con uno de los árboles –

-Esa corriente eléctrica que nos recorre el cuerpo cada vez que nos tocamos –Tomo mi mano – ¿la sientes?

-S...si –Susurre sus labios estaban tan cerca de los míos y solo pude cerrar los ojos ante ese acto, sintiendo su respiración tan cerca de la mía –

-¡AH! –Me desperté de golpe sudando frio para observa a Piko muy cerca de mi rostro – ¡pero qué demonios Piko! –le aleje de mi cara molesto –

-A mí no me culpes tú eres el que hablaba dormido y paraste el pico –Comentó con un puchero cruzándose de brazos –

-Claro y tú me ibas a hacer el favor no –Respondí serio –

-¿Hermano estás bien? Escuche que gritaste –Comentó Akaito entrando hacia el cuarto, le observe un momento, para bajar la mirada –

-No te preocupes solo. . . era un sueño –Respondí para levantarme –

-Aun no te toca guardia si quieres puedes seguir durmiendo –Contestó él –

-No está bien, tu descansa –Respondí sonriéndole –

-Kaito-ni –Profirió Piko –

-Y tú también duerme y con un rayos deja de acosarme –Con eso salí de aquella habitación para adentrarme a lo que era la sala donde se encontraba Rei también haciendo guardia –

SobrevivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora