Capítulo 14

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Mientras que Kevin iba al baño, Holanda se puso de pie para ir a observar a la ventana. La noche caía sobre la ciudad y había parado de nevar. Estaba casi todo a oscuras, excepto por unos pequeños faroles y luces navideñas, propiedad de las casas vecinas.
Giró y al ver el vómito castaño, le dio arcada y un gran asco. Tapó su boca conteniendo el vómito y salió de la habitación.
Ya en el pasillo se encontró a Kevin, con sangre en la nariz y con los labios y mejillas blancas.

-¿Qué te-te pasó? Tú na-nariz está sangrando-tartamudeó acercándose a él.
-Maldita sea, estaba cepillando mis dientes y comenzó a sangrarme la jodida nariz-gruñó intentando detener el sangrado con los dedos.
-¿Te sientes bien?
-Si, un poco mareado, es todo-contestó encogiéndose de hombros.
-Debemos ir al hospital, no es normal que te sangre la nariz, lo entendería si fuera verano ¿Pero invierno? Vamos, le avisaré a tu padre
-No te atrevas-intervino.-Holanda no te permitiré que se lo digas, lo siento, no funcionan así las cosas para mí
-¿Cómo no? Esto es absurdo, estás sangrando y...
-Mi padre está pasando una buena navidad, está feliz y contento ¿Okay? No quiero que su maldito hijo ciego moleste con un insignificante sangrado de nariz
-No es insignificante-dijo ella de brazos cruzados.
-Lo es, Holanda, lo es. Es culpa del tratamiento, fuerzo mucho mi cabeza y mi visión, provoca fuertes jaquecas y como punto final, sangrado de nariz, claro sin mencionar los mareos y vómitos
-¿Estoy obligada a creerte?-preguntó poniendo los ojos en blanco.
-Lamentablemente si señorita-dijo sacando la mano de su nariz.-Iré a limpiarme y bajaré en seguida

Kevin desapareció en segundos y se perdió en su habitación. Mientras tanto, Hollys se había dirigido al baño, las ganas de vomitar habían vuelto en cuanto vio su sangre en el suelo, creando una especie de camino que conducía hacia el baño.
Se arrodilló frente al inodoro y desechó, se sentía asquerosamente mal, su estómago estaba de alguna forma muy sensible y en mal funcionamiento.
Luego de lo que fueron diez minutos, se puso de pie y dejó que el agua se llevara sus desechos.
Disgustada, enjuagó su boca y dejó salir un resoplido. Lavó sus manos y salió de allí enseguida.

Al bajar, se encontró con la familia reunida en la mesa, excepto Kevin, que estaba acostado en el sofá, cubierto con una manta y perdido en la nada.
Se dirigió hasta él y se sentó a su lado.
Kevin, al sentir que su novia había llegado, la cubrió con la misma manta y la abrazó por lo hombros. Holanda correspondió a su abrazo y se refugió en su pecho mientras admiraba la chimenea.

-Lo siento muñeca-murmuró el castaño pegando los labios a su oído.-Siento que tengas que soportar mis rabietas de niño pequeño...Sé que me comporto cono imbécil a veces, y lo lamento

Besó el cabello de la pelirroja y apoyó la mandíbula en su cabeza.

-No hay nada por lo que debas disculparte-susurró levantando la cabeza para verlo.-Y no son rabietas, simplemente expresas tu odio y está bien-Holanda le quitó los lentes y acarició la piel bajo sus ojos azules-Yo lo siento, eres la persona más dulce y buena que conocí, tú te mereces algo mejor que esto

Estiró su cuello y capturó sus labios delicadamente. Aspiró su aroma con furor y sonrió, se sentía tan a gusto con Kevin, era definitivamente el príncipe azul que cualquier princesa desea.

-¿Qué dices? Tú eres lo único que necesito-sonrió en sus labios para luego en un movimiento rápido sentarla sobre sus piernas.-Y tal vez la vida no sea perfecta, y como yo mismo dije, Dios no te da lo que quieres sino lo que necesitas y yo, necesitaba a una hermosa pelirroja de nombre Holanda Parks

Besó castamente los labios de la joven y suspiró.

-Lamento haber dicho lo que dije, tuve un mal momento y no tuve que haber dicho eso-se disculpó apoyando la frente contra la de la chica.
-Ya basta-lo detuvo colocando el dedo índice sobre sus labios-Estoy harta de tus malditas disculpas, solo, callate y besame

El castaño sonrió y sin hacer ningún esfuerzo por contradecirla, la besó.

-¿Estás enojada?-murmuró en sus labios.
-Callate Kevin...-gruñó ella.
-Okay...

El calor de la chimenea la mantenía estable, al igual que el calor corporal de Kevin. De pronto, sintió que todo en su vida estaba completo. Su corazón estaba lleno de regocijo y amor.
Dejó de besar a Kevin para abrazarlo. A pesar de la felicidad era grande, se mezcló con un poco de amargura. La tercera navidad sin su madre. Su figura materna le hacía falta, pero en el fondo sabía que ella la había acompañado de alguna forma u otra durante los últimos tres años.
Sollozó un poco en los hombros de su novio, apretándolo fuerte.

-Gracias-susurró.
-¿Por qué?
-Por todo

De pronto, el sonido de alguien llamando a la puerta los alarmó.
La abuela de Holanda se levantó advirtiendo que ella atendería y al abrir la puerta lo vio. Estaba hecho una furia, con la cara roja de enojo, apretando los puños con fuerza.

-¡Holanda!-gritó con reproche.

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