Los pasos se escuchaban por toda la casa, pero era la única que podía oírlos. Cada tanto cesaban, pero al instante volvían haciendo que los pelos de mi pálido brazo se erizaran. Se escuchaban cada vez más cerca, más aterradores mientras el frío espeluznante que se filtraba por abajo de la puerta se hacía más presente. Me tape con las sabanas pensando que tal vez podía sentirme más segura bajo estas,pero definitivamente no pasó, el miedo que corría por la sangre incrementaba en cada paso. Gotas de sudor frío caían por mi frente. El temor que irradiaban mis ojos podia ser perfectamente visto desde varios kilómetros. Cada vez los pasos se oían más fuertes y claros. Cada palpitación de mi acelerado corazón hacía que mi cuerpo tenga la reacción inmediata de querer estar todo junto. El silencio se apoderó rápidamente de toda la casa, solo por un segundos eternos. Con un dedo muevo lentamente la sabana, lo suficiente para que pueda ver hacia la puerta. Nada se escucha. Respiró aliviada pensando que todo era fruto de mi imaginación, hasta que la manija se mueve lentamente hacia abajo. Todo en mi se altera sacando rápido el dedo que permitía tener visión de la situación. Ya esperaba mi final. Tan corta es la vida. Salgo rápido de mi escondite y enfrento a mi muerte para poder terminar dignamente con este sufrimiento. Al no ver ni rastro de algo anormal en la habitación, respiro mas tranquila, pero eso se detiene el tiempo cuando dejo escapar mi ultimo aliento, sintiendo la punta del puñal en mi espalda.