Todo comenzó muy raro. Lo que hoy paso no voy a poder olvidarlo nunca más en mi vida.
Esto inicio cuando fui a dejar a mi novia a su casa, después de una fiesta, como era temprano y la noche todavía no decaía decidí ir a un bar.
Todo iba bien pero, al doblar en una esquina sentí que alguien me perseguía. Tenía la intención de correr pero mi cuerpo no reaccionaba. En la calle solo se escuchaba los latidos de mi acelerado corazón, con un poco de valor corrí sin rumbo, hasta que llegué a un bar medio desbaratado. Al darme vuelta mi corazón dio un vuelco total al ver que nadie estaba atrás mío, ni siquiera una sombra sospechosa. Un poco más aliviado pero al mismo tiempo asustado entré.
Al cabo de una hora ya me sentía mejor, hasta me sentía feliz. Salí con confianza, pero al pisar la calle una ráfaga de frio me azoto la nuca haciendo temblar. La borrachera se me fue al segundo. Una sombra femenina se proyectó en el callejón de al frente. Todavía no me daba cuenta quien era, pero al acércame me pegue el susto de mi vida, era ella, el amor de mi vida, que intentaba huir de ese horrible lugar. Su hermosa cara estaba cubierta de sangre, su ropa estaba rota y llena de mugre como si la hubiera arrastrado. Al acércame, se dejó caer en mis brazos ya sin fuera ni siquiera hablar, pero su mirada me dijo todo. Con lágrimas la levante con mucho cuidado, pero al darme vuelta, un hombre con la contextura de un oso, me golpeo con un bate en la cabeza.
Después de eso recuerdo vagamente lo que paso, hasta que aparecí en una sala. Sentía que la cabeza me estaba a punto estallar, al intentar moverme no pude. Ya no podía más con mi vida y todo se puso peor al recordar que antes de que me golpearan estaba ayudándola. Con las pocas fuerzas que tenía y con la esperanza de poder encontrarla y sacarla, intente moverme, pero no pude. No quería rendirme, quería vengarme por lo que le habían hecho, pero no tenía nada como para poder lograrlo y eso me hacía sentir un fracasado.
Al cabo de un rato, la puerta de la sala se abrió dejando pasar a un hombre de mayor edad. Él se acercó y con sus dedos largos y finos, toco mi cuello, mientas sus ojos se tornaban rojos como la sangre, sentía su respiración en mi cuello y unos dientes se clavaron en él, la sangre empezó a brotar, pero algo hizo que retrocediera rápido y cayera desmayado adelante de mis pies. Asustado pero decidido Salí de donde estaba. Al cruzar la puerta me topé con un basurero, pero no cualquier basurero, sino uno lleno de cadáveres. Sentí ganas de vomitar, pero algo hizo que mi corazón pare de latir, entre los muertos estaba su delicado cuerpo sin vida. Me deje caer, no podía seguir viviendo sabiendo que la podría haber salvado de un destino tan cruel. Llorando me acercarme, a lo lejos escuche unos pasos que se acercaban pero no me moví, ya no me importaba morir porque con ella perdí todo lo que me importaba. Cuando los sentí atrás mío desperté.
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