¿Sólo seis?

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Mis lágrimas caían con una gran rapidez.

Todo éste tiempo... engañada...

Abrí un chat, se leían las palabras: "mi amor", "mi reina", "te amo".

Mientras más miraba, sentía que todo mi ser se desgarraba... pedazo por pedazo...

Cerré el chat para abrir otro, con lo mismo...

Y otro...

Y otro...

Seis en total...

En algunos observé que hace unos minuto estaba escrito un terminamos, en otro lo siento, tengo novia y la amo.

No quería saber más, así que cerré su sesión.

- No es lo que piensas...

- ¿¡Y qué esperas que piense!?, ¿Que no les dices "mi amor" y cosas así?

- Mi amor, por favor

- No, nada de "mi amor"

- No tienes motivos de estar celosa...

Éso fue la gota que derramó el vaso.

- ¿Que no tengo derecho? Se supone que eres MI NOVIO, bueno, eras

- ¿A qué te refieres?

- Sencillo... terminamos...

Cerré la conversación, de hecho, había cerrado sesión. No quería saber nada de él.

Me invadía la frustación por seguir siendo tan tonta.

Pero ese mismo día no pude bloquearlo, tuve que esperar tres días para tomar el suficiente valor y hacerlo.

Lo peor de todo era que mis amigos de la secundaria lo conocían, y sabían que me estaba engañando, lo que me provocó un notable alejamiento de mi parte.

*****

- Auch...

Me quejaba ligeramente mientras de nueva cuenta salía el líquido color escarlata.

Había regresado de clases, como un día cualquiera, mis padres habían discutido tan fuerte.

Ésta vez, mi padre le pegó a mi padre, no conforme le lanzó la comida que iba a ser servida en el almuerzo. De nueva cuenta intervine y recibí una cachetada en mi mejilla derecha. Luego de ello, se marchó en su camioneta.

Aproveché para ayudar a mi mamá para después subir las escaleras, encerrarme en mi cuarto y estar con mi amiga navaja.

¿Por qué he de hacer esto?

Muy fácil... porque es menos doloroso el dolor físico que el dolor psicológico.

Por las noches, era una guerra conmigo misma:

Por un lado, me arrepentía de ésto, que jamás hubiera pedido su acceso, aunque siguiera siendo traicionada.

Pero otra parte de mí, aunque el dolor fuese insoportable, lo contenía, siempre me hacía pensar...

Es mejor vivir en una dolorosa realidad, que una falsa felicidad...

Aún así me era peor aún, ya que todo iba de mal en peor.

Las discusiones seguían, cada vez más fuertes.

Día a día era más debil.

Ya no quería intentar, ya estaba harta...

Mis heridad ya no dolían tanto como lo que ellos me causaban...

El dolor que me daba mi padre con sus palabras y golpes.

El dolor que me causaba al ver a mi madre golpeada.

El dolor que recibí en un 'amor' que ingenuamente creí...

*****
Noviembre:

- Ailyn...

- ¿Uh? Mande, Leo.

Era un día cualquiera de la secundaria, ya estaba cansada pero aún así tenía que poner una sonrisa y fingir que nada sucedía en mi casa.

Pero ya había tomado la desición, me iría sin importar qué.

Pero no de mi casa, o de la secundaria...

Desaparecería de éste mundo...

- ¿Estás bien?

- Sí, no te preocupes, dime... ¿qué sucede?

- Necesito que leas ésto...

De su celular, me mostró una conversación.

No me lo podía creer, en parte, no mostré asombro alguno:

- Léelo por favor.

- Está bien...

La conversación era lo siguiente:

Alfonso: Por favor, dile que la necesito, que sólo es a ella a quien quiero... sé que cometí un error, pero no volverá a pasar...

Leo: ¿Qué le hiciste?

Alfonso: Es algo feo que le hice, pero no volverá a pasar

Leo: Necesito que me digas sino, no le diré nada.

Alfonso: La engañé...

Leo: Hijo de puta, por eso ha estado tan triste, no le diré ni madres, jódete.

Alfonso: Bueno, sino quieres decirle nada, no lo hagas, pero al menos dime cómo ha estado, necesito saberlo todos los días, hasta que por alguna razón quiera desbloquearme...

Leo: Su mirada no se ve como antes, y siempre me lo he preguntado el por qué, pero nunca pude saber, hasta ahora gracias a tí que la lastimaste, no le diré nada de tí hasta que sea el momento.

Alfonso: De acuerdo, pero necesito saber cómo está y todos los días quiero que me digas, por favor.

Leo: ¿Y para qué quieres saber? Mejor vete con las putas esas que engañaste a mi mejor amiga.

Alfonso: Quiero saber porque la amo, y me he desesperado al no poder hablar con ella, soy idiota lo sé, lo reconozco.

Leo: Sólo porque lo reconociste, te diré cómo se encuentre, todos los días.

Alfonso: ¿En serio?

Leo: Sí.

Alfonso: Gracias Leo, en serio te lo agradesco.

Me quedé perpleja al mirar el chat, continué un poco más y como era de esperarse, Leonardo cumplió con su palabra, le mantuvo informado en todos estas semanas que nos habíamos distanciado.

Entonces, mi celular comenzó a sonar debido a una llamada desconocida entrante...


Sin cielo alguno [Stephen] (1) 《Editando》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora