Capítulo 3.

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Algo cálido tocaba con delicadeza mi rostro. Ubiqué el sonido del agua corriendo, el sonido de las avesuchas al vuelo... Supuse que era el sol entonces lo que acariciaba mi piel...

—Señor Jaken, atrápelo.

—Waa... Pero que tonta, ¡lánzalo cuando te este prestando atenció...-pum

—Ay, lo siento mucho señor Jaken

No se porque hacían tanto escándalo.  

Un olor a pescado fresco llego a mi nariz así que supuse que estaban consiguiendo alimento para Rin. Mis ojos se abrieron, dejándome un mal sabor de boca por confirmar que esa calidez se debía solo al sol. 

Me dejé caer del árbol y noté un extraño paquete al pie de este, por inercia mi ceja derecha se levanto, olía a una mezcla de algodón y a nuevo... Vi hacia el frente para observar a esos dos...

Habían traído una túnica nueva para su amo... Como si yo se las hubiera pedido. Idiotas. 

Me dirigí al arroyo para ordenar que continuáramos nuestro camino pero algo no me dejo continuar. Y de reojo observe las ropas blancas.

"Que más da" tome los harapos hechos por humanos. Y lo supe por la pestilencia impregnada en ello. Tenía que deshacerme de esa cosa enseguida. 

Sin embargo me la puse suponiendo que la idea de reponer mi túnica desintegrada había sido de Rin y secundada por el inepto de Jaken. 

—Jaken, ve por un repuesto de mis ropas. Y no demores en volver—ambos se volvieron a mi al escucharme y entonces supe que yo había tenido razón. La mirada de Rin se posó en automático en mis ropas y sonrió emocionada por portarlas. 

—¡Amo Sesshomaru! Le gustaron las ropas amo... Rin las eligió pero el señor Jaken decía que eran horrendas... 

—¡Niña tonta! Claro que son horrendas... No, mi amo bonito no se merece estar usando esa porquería hecha por humanos... 

—Ay... —continuo lamentándose—mi pobre amo Sesshomaru debe de estar sufriendo mucho con esos harapos... 

Mantuve mi mirada amenazante para callarlo pero estaba tan ensimismado en su estúpido drama que no se percataba de ello.

Detesto tener que gastar mis palabras en llamar su atención.
Es su trabajo estar al pendiente te de mis deseos pero tal parecía que se concentraba más en tratar de menospreciar ir a Rin. 

La niña llevaba sus pequeños ojos chocolate de él a mi y a mi desabrida túnica. 

Por dentro puse los ojos en blanco al ver su desánimo... No callé más. 

—SEGUIRAS DICIENDO ESTUPIDECES O TE DEDICARÁS A OBEDECERME.
El enano salto al escuchar mi voz molesta y se trepó en Ah-Uh. 

—Lo siento amo bonito... Lo siento—se reverenciaba una y otra vez temblando de nervios. —no tardaré con su... 

—MUEVETE JAKEN.

—Ay, ay, ay, ay... Si, si, si.

El dragón se elevó por los aires desapareciendo en dirección al castillo de la luna.

—Pobre señor Jaken... un día le dará un ataque...—dijo Rin asombrada por la actitud del renacuajo.

Él era el único que había pisado ese lugar en cientos de años... No desde la muerte de mi padre.
Aun no supero el odio que le tengo a ese ser que nos traicionó. 

Mi propósito siempre había sido superarlo. Y eso solo lo podía haber logrado derrotando lo yo mismo.

Pero... gracias a esa estúpida humana... no pude cumplir mi cometido. Ni siquiera pude hacerme de Colmillo de Acero. La noche que me quise enfrentar a él ya estaba demasiado herido, y su único y maldito objetivo era apresurarse a proteger a esa mujer y al engendro que acababa de nacer.

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