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Estaba llegando tarde otra vez. Bueno, digamos que casi estaba llegando tarde.

Ya dentro de las instalaciones de la escuela gritando el permiso de todos los estudiantes que caminaban a sus aulas, Ahreum, quién recientemente estaba aprendiendo a usar el skateboard de su hermano, había decidido que era una buena idea de usarla para llegar a su salón. Lo único malo, era que no dominaba esta del todo, y no sabía como frenar. Le quedaba menos de un minuto para que el profesor marcara su ausencia.

— ¡Quítense! — Gritó más fuerte mientras aumentaba la velocidad. Aunque, a decir verdad, no tenía la menor idea de cómo bajarse de esta.

Hoy era el día en que si faltaba, le quitarían los puntos extras que necesitaba para salvar el año. Pero claro, esto era algo que sus padres no estaban al tanto. Solo había podido dejarles saber que tenía trabajos de reposición y que todo estaba bajo control. Sin embargo, no pasaba por lo más mínimo de su cabeza el hecho de que si no completaba alguno, o mantenía su asistencia intacta, reprobaría el ciclo escolar.

Pero Ahreum solo era una chica, no simplemente podía con más de tres trabajos para la misma semana. Estaba y que iba a rogar por más tiempo, ya que no había empezado ninguno.

— Lee Ahreum. — El profesor leyó, mirando la lista y revisando pasó la lista y el aula, no fue entonces hasta que Ahreum abrió la puerta de par en par, tambaleándose para acceder.

— ¡Presente! — Gritó mientras entraba en la skate, bajo de esta y dió varios pasos para no caer. — Aquí. Aquí. Aquí. ¡Estoy aquí profesor! ¡PROFESOR! — El profesor la miró. — Aquí estoy...

Todos en el salón rieron por ella. Ya era costumbre de que llegara haciendo ese escándalo.

— Ya lo entendí en el presente, Ahreum. — El profesor de historia dijo mientras veía a la chica. — Toma asiento y guarda esa skate antes de que te la quite.

— Si, profesor... — Dijo en una voz simple y calmada, mientras tomaba asiento.

Siempre se sentaba cercana a la ventana, donde podía pasar la mitad del tiempo mirando hacía afuera, o simplemente observar a todos en el salón. Por medio año escolar, pudo observar a sus compañeros de clase discutir, estresarse y preocuparse por todas las asignaciones, exámenes y proyectos que debían entregar; todo mientras que Ahreum simplemente no les daba mucha mente. Su costumbre era estresarse a última hora, ya que era procrastinadora por excelencia. Solo que ahora si estaba estresada de que si esta vez no tenía suerte, solo Dios sabía que sería de ella.

Una vez todas las materias del primer periodo fueron impartidas, no fue hasta que la hora del almuerzo había llegado. Ahreum no tardó nada en volver a subirse en la patineta, queriendo ser la primera en salir corriendo, pero no hizo más que un verdadero desastre al salir y chocar con un grupo de personas.

— ¿Qué mierda? — Uno pronunció. Ahreum levantó su mirada viendo a un grupo de chicos, que iban caminando detrás de la directora.

Mierda.

— Asombrosa aparición, Ahreum. — La directora respondió. — Levántese y camine con nosotros.

— ¿A dónde vamos? — Preguntó en un susurro a los chicos, mientras se quitaba el polvo inexistente de la falda. Tirando su patineta devuelta al salón, se volteo aceptando su destino y mirando al grupo de estudiantes quienes caminaban sin ninguna idea de su paradero.

Ahreum no duró mucho en darse cuenta que eran los mismos que se encontraban en su situación académica.

— ¿Crees que lo sé? — Uno de ellos le respondió, ella le miró con algo de nerviosismo. — Nos sacaron porque si.

dumb ー oh sehunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora