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Sehun no tenía idea de que eso sería tan fácil. Que incluso el mismo se encontraba extraño verse a si mismo salir por la puerta trasera. Ahreum estaba totalmente relajada, como si esto era algo que acostumbraba a hacer todos los días. En cambio Sehun, podía decirse que estaba preocupado por lo que esto sería para él, o los problemas en los que podría meterse si al final del día, todo salía mal.

— ¿Por dónde vamos? — Preguntó Sehun, siguiendo a la chica que guiaba por esos callejones. Ya era la quinta vez que le preguntaba lo mismo.

— Si tan solo cerraras la boca. Yo fuese una chica muy feliz. — Respondió, mirando a Sehun irritada.

—No me preocupa tu felicidad. —Le respondió, con una sonrisa falsa lo cuál hizo que Ahreum rodara los ojos y continuara caminando. Ya por fin salieron a las calles que Sehun acostumbraba a caminar.

Las personas los estaban viendo con la impresión de estudiantes rebeldes, y otros los veían como estudiantes rebeldes que tienen un hijo bajo su responsabilidad. Claramente era algo que a Sehun le incomodaba, quien de lo contrario, Ahreum estaba de lo más tranquila.

— Bien, ahora, ¿A dónde irás? — Preguntó Ahreum, mirando a Sehun.

Sehun pestañeó unas dos veces, un poco perplejo.

— No lo sé.

Y ahí es donde Sehun empezaba a lamentarse de sus decisiones, él no era de salir mucho, y si iba a su casa en estos momentos, y se encontraba con su madre, esta lo devolvería a la escuela a golpes. No iba a ir a un cyber porque a esta hora estaba cerrado. Y no tenía otro sitio en mente para pasar las últimas 3 horas. No tenía un lugar a donde ir, salvo su casa, a la cuál no tenía la valentía de ir.

— Bueno, averígualo, llego mi autobús. — Ahreum se despidió, caminando detrás de toda la gente que esperaba también el autobús. Sehun, un poco perdido, se sentó en aquel banco, intentando idear un plan.

Su única solución era volver a la escuela, o entrar a un sauna y rezar de que quienes estaban allí no llamaran a su escuela. ¿Por qué la seguí? Se preguntaba varias veces.


Ahreum subió al transporte, caminando hasta la parte trasera que se encontraba libre. Sintiéndose con alivio de llegar a su casa y por fin poder dormir. Sus padres no estaban ahí y no se aparecerían hasta la tarde, contando que su hermano llegaría con ellos, ya que tienen una actividad con él hasta tarde.

Pero, aún así, tomó curiosidad por el chico que había dejado solo en aquella parada de autobús.

— ¿Tiene un lugar a donde ir? — Se preguntó en un murmuró. Suspiro fuertemente entonces sintió que el autobús se movía. — ¡CHOFER! ¡DETÉNGASE! ¡SOLO UN MINUTO!

A pesar de varios quejidos de las personas que estaban allí, ella se disculpó y se acercó a la puerta de salida de aquel lugar, donde sacó medio cuerpo a la calle, agarrándose del tubo cercano a la salida.

— ¡SEHUN! — Gritó. El chico que estaba buscando un lugar donde ir en internet miro a aquella chica con sorpresa y poco entendimiento. — ¿QUIERES VENIR A MI CASA?

Todos miraron a Sehun, quién primero estaba sonrojado a más no poder, este simplemente se paró y caminó a la entrada de el autobús; donde la miradas de todos iban hacia el muchacho que la chica había llamado. Se sentó al lado de ella, quién simplemente miro hacia la ventana.

Ambos se encontraban en silencio, sin mirarse el uno al otro. Todos en el autobús en cada cierto instante miraban a ambos, probablemente juzgándolos y con curiosidad de saber si en realidad el muñeco era un bebé real.

dumb ー oh sehunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora