Para ti: Princesa de Dios.

Te sigo esperando

Sé que no te conozco, bueno, en realidad no sé si te he visto en mi vida. ¿Sabes?, esto es increíble porque en realidad no sé si te he visto, no sé si hoy eres mi amiga. Es algo que poco a poco Dios me irá mostrando y me ayudará a descifrar esto que la verdad me motiva seguir luchando por saber... porque quiero saber quién eres.

Quizá hemos hablado o solo nos hemos saludado, quizá solo somos parte de la misma Iglesia o en realidad aún no es tu momento de estar en la buena batalla. No importa, yo te esperaré el tiempo que sea necesario.
Sé que eres sumamente hermosa, de eso no tengo duda. Pero mi deseo es que ames a nuestro Dios con todo tu corazón, tu alma, todo tu ser y tu mente. Anhelo conocerte ya y saber quién es mi compañera de batalla. Sé que juntos haremos una muy buena mancuerna para darle la Gloria y Honra a Dios. Por lo pronto yo te seguiré esperando, porque en realidad no sé si estas en mi ciudad, lo digo porque nuestra Iglesia es muy grande gracias a Dios; no sé si estés en algún otro estado de México, o bien, en otro país o continente del mundo.

Princesa de Dios, sé que también tienes necesidades como yo y luchas diariamente por mantenerte firme en esta gran carrera que tenemos por delante; espero que esto sea un poco de consuelo para ti: todos los días platico con Dios, le hablo de ti y le ruego que te ayude en cada lucha, que te fortalezca con su gran amor y te prepare para nuestro encuentro.

En realidad no sé si tú estés orando por mí... Pero yo sí, y por eso te sigo esperando para que juntos luchemos en glorificar a nuestro Dios; porque si te conozco es por Él y porque Él en el cielo ha escrito nuestros nombres uno junto al otro.

Así fue como Jacob trabajó siete años por Raquel, pero era tanto su amor por ella que le parecieron unos cuantos días.
Génesis 29:20 TLA