April.
Sí, tenía una respuesta que cambiaría todo, por mucho que quisiera no alejarme de lo que más quería tenía que hacerlo, era lo mejor.
Sí, estaba decidida, tenía una respuesta... Pero LA NASA tenía una propuesta...
Días después
Diciembre 24.
Adam.
—¡Dylan, ven aquí, tengo que darte un baño!—Exclama Amber tratando de atrapar a mi pequeño que corre de un lado a otro.
—¡No quiero!—Le responde con firmeza mientras sigue corriendo.—¡Quiero a April!
Después de días practicando la letra "r" al fin puede decirla con claridad y sin mezclarla con otra letra. Estoy feliz por este logro de mi pequeño, sin embargo... Este es su primer berrinche y para ser honestos, me causa cierta gracia que lo esté haciendo porque April no esté.
—¡Dylan, ven acá!—Grita de nueva cuenta mi mejor amiga al mismo tiempo que trato de burlarme con disimulo. Este día hay mucho que hacer y es una pena que April no se encuentre más en esta casa desde hace días.
Mañana es Navidad y no sé qué haré solo; ante la sola mención me aterra imaginarlo.Sigo picando verdura en la tabla de madera sobre la barra de la cocina tratando de apartar por un momento a April de mi mente. Puede que sea debido a que llevábamos varios meses conviviendo con ella y ahora... Ella no está, pero, no creo que sea normal estar pensando en ella desde que se marchó a Houston, ¿o sí?
Trato de deshacerme de esos pensamientos pero cada vez que lo intento ella vuelve a mi mente y se aferra a ella. Esta vez Amber entra a la cocina cruzada de brazos y con la frente perlada de gotas de sudor.
—¿Estás... enojada?—Cuestiono alzando la mirada sin levantar la cabeza.
—No, pero tengo que darle un baño al pequeño y el parece negado dejarme hacerlo. No sé cómo April podía con él.
—Es que April siempre termina convenciendo a Dylan de una forma que nunca he entendido—le explico entre risas—, es algo que nunca he podido hacer, al menos no de la forma en que ella lo hace.
—Uff... ¿Ustedes trabajan bien juntos, no? Me refiero a que cuando April estaba aquí ella y tú hacían un buen trabajo en equipo por Dylan.
—Hmmm... Sí, creo que sí. Ambos lo hacemos bien solos pero... Supongo que es mejor estando juntos, y, a Dylan le gusta cuando es así.
—Hmm... Interesante dato—habla con un tono que está claro que planea algo.
Detengo el corte de los vegetales y la observo con miedo. Cuando ella pone la cara de detective, con la ceja derecha arqueada y su mano acariciando su barbilla, debes de tenerle miedo.
—¿Qué planeas, Amber?
—¿Yo? ¿Planear algo?—Habla fingiendo sorpresa.—Yo no planeo nada, es sólo que me has dado un dato muy interesante, querido amigo.
—¿Y... Se puede saber qué?
—Nop. No se puede. Ahora si me permites tengo que tratar de convencer a Dylan que me deje bañarlo porque April no va a venir a hacerlo y tú sigue con la cena, Mathew no tardará en llegar.
«Sí, y no sabes cómo espero que el tiempo se pase rápido para que llegue»
La preparación de la cena continúa y mi mente no deja de pensar en ella sin razón aparente.
He preparado aperitivos que Mathew me ha sugerido y a decir verdad han quedado deliciosos. Supongo que April le gustarían.
ESTÁS LEYENDO
La apuesta de mi vida ✓Terminada
RomanceAdam Sangster es un empresario, viudo, con un hijo de cuatro años. Todas las mujeres quieren estar con él, aunque sólo sea vivir una aventura. Pero a Adam no le interesa ninguna de ellas; lo único que ocupa su mente es su hijo, y la única mujer que...