Capítulo 2

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Después del colegio, Mica se fue junto a sus amigas, Dali, Anita y Delfi a almorzar a McDonalds. De ahí se iban a lo de Delfi para hacer un trabajo práctico de historia que tenían pendiente.

- ¿Cómo es que no nos hayas contado que Lucas te invitó a salir? - le cuestionaba Anita a Mica mientras hacían la fila para pedir sus hamburguesas.

- No acepté, así que no me pareció importante como para contarles - le quitó peso la rubia mientras se sacudía la pollera del uniforme.

- ¿Lo rechazaste? - las interrumpió Dali que estaba distraída viendo que comer.

- Chicas, ustedes ya saben quien me gusta - rodó los ojos Micaela.

- Sí, sí. Pero es imposible, debes darle oportunidades a otros chicos. -Le aconsejó Delfi ya pagando su pedido.

- No puedo - puchereó ella. - En mi cabeza solo esta Paio. ¿Porqué tiene que gustarme el idiota del amigo de mi hermano? - se frustó.

-Ay Mica, ya vas a ver que pronto va aparecer otro chico que te vuele la cabeza - la tranquilizó Delifi. Y sin más charla, agarraron sus bandejas y fueron a buscar una mesa para sentarse a comer.

***

Micaela regresó a su casa alrededor de las siete de la tarde, sus papás habían salido a hacer las compras y su hermano estaba en el patio de la casa con sus amigos según la rubia pudo ver. Así que ella sin molestar se fue a su cuarto para poder cambiarse el uniforme del colegio que aún llevaba puesto.

Bajo y fue hasta la heladera para servirse algo fresco, al voltearse se topo con un chico alto y musculoso, de cabello castaño que estaba sonriéndole.

- Hola - dijo un tanto nerviosa ella por la cercanía del desconocido. - ¿Vos quien sos? - le preguntó cerrando la heladera y alejándose unos metros de él.

- Hola, soy Matt, nuevo amigo de tu... hermano, supongo - dedujo el joven.

- Ah sí. Soy Micaela - se presentó la rubia ya con un poco más de confianza. - Entonces... ¿mi hermano esta afuera cierto?

- Sí. Con los mellis y Paio - le avisó él provocando una sonrisa en la rubia al escuchar el nombre de su amor platónico.

- Bueno, ¿qué querías? - cambió de tema Mica.

- Vine a buscar unas cervezas - dijo Matt abriendo la heladera con toda la confianza del mundo y sacándolas. En eso ingresa Pablo a la cocina.

- Hola Mica - le sonríe y se acerca a ella para darle un beso en la mejilla, más bien, cerca de la comisura del labio, gesto que no paso desapercibido por su nuevo amigo. - Veo que ya conociste a Matt, el nuevo integrante de la pandilla - bromeó.

- Sí, me lo choqué cuando vine a buscar agua- tuvo la necesidad de explicarle ella. - Bueno, me voy a mi pieza. Avísenle a mi hermano que ya llegué - y sin decir más ni esperar respuesta se fue casi corriendo escaleras arribas para su dormitorio.

- Me enamoré - dictaminó Matt cuando Mica se fue de su vista. La cara de Paio se transformó, Micaela era suya y no quería que ningún otro hombre se fijara en ella. 


Entre el cielo y la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora