Capítulo 14

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Después de estar besándose por un largo tiempo, Paio se fue a la cocina a prepararle un rica merienda mientra la dejo a la rubia para que eligiera una película para ver.

Cuando él volvió al sillón con una bandeja con chocolatada, facturas, galletas y tostadas, ella estaba poniendo La noche del demonio 3.

- ¿De terror? - curioseó él levantando una ceja. - Rubia si estas buscando una excusa para que te abrace solo decime - rió él robandole un pico.

- Por favor, no tengo miedo querido - se hizo la valiente Micaela - posiblemente sea yo quien tenga que terminar abrazándote.

- Dale, pone la película y sentate acá a mi lado - le pidió Pablo dando unos golpecitos al sillón a su acostado.

Se pasaron más a los besos que viendo la película, cuando se quisieron dar cuenta, Micaela estaba en corpiño encima de Pablo sentada a horcajadas. Él estaba tan prendido que no se dio cuenta que estaba a punto de desaprocharle la ropa interior, Mica tuvo un segundo de consciencia que lo aprovechó para alejarse y poner un stop a la situación. Se volvió a acomodar la ropa y se sentó al lado de Paio, ambos suspiraban agitados mientras iban reincorporando la postura.

- Lo siento, me deje llevar. - le pidió disculpas él. - No va a volver a pasar, por lo menos no pronto.

- Esta bien, yo también puse de mi parte para que la situación se excediera. - reconoció la rubia. 

- En serio, quiero que sepas que jamás haría algo que no quieras Mica. Te quiero. - le dijo Paio causando más mariposas en el estómago de ella.

- Lo sé - le sonrió ella tranquilizándolo. - ¿Me llevas a mi casa? Tengo que ir volviendo - le preguntó Micaela al darse cuenta que eran casi las ocho, sabía que no podía llegar tan tarde.

Pablo la dejo en la esquina de la casa, sabiendo que cualquiera podía verlo e irle con el chisme a Sean, pero no le importó, incluso le dio un largo beso antes que Mica bajara. Se despidieron y ella caminó hasta su casa, saludó a sus padres y subió a su dormitorio para darse una rápida ducha antes que estuviera la comida.

Marcela, su mamá, fue a llamarla para que bajara a cenar. Cuando llegó al comedor, con pijamas ya que después planeaba irse a dormir, se dio cuenta que había cinco platos.

- ¿Tenemos invitados? - cuestionó incómoda ya que estaba en pijama.

- Sí, tu hermano esta con Matt y lo invitamos a comer con nosotros - dijo sin más Hugo ocupando la cabecera de la mesa. 

Genial, pensó Micaela, las cosas se iban a poner interesante. 

Entre el cielo y la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora