The Racing Heart | COMPLETA

5. Azarath

No podía creer lo que estaba viendo. ¿Por qué.. Por qué la marca estaba en la frente de Starfire? ¿Qué era todo esto? Mi mente quedo en blanco; todo se detuvo por completo ante mis ojos. No había detenido el tiempo está ves. Solté mi taza con ambas manos, fue inevitable el reaccionar de otra forma ante lo que había presenciado.

Noté vagamente que mis amigos pronunciaban mi nombre, logré percatarme de todo ello al leer sus labios; no podía escuchar nada de lo que decían. Todos se acercaron preocupados hacia mi, lo que menos quería. No podía quitar la mirada hacia el punto en el que había estado Starfire; seguía sin reaccionar. Aún no procesaba todo lo que estaba sucediendo.

Sentí como mi cuerpo comenzó a cambiar su temperatura inicial, todo estaba muy frío para mí. Ante mis ojos solo podía ver el verdadero significado de aquellas palabras que mi madre me había dicho alguna ves mientras caminábamos por Azarath...

—Raven, quiero que recuerdes que el poder que fluye dentro de ti es más grande de lo que tú imaginas. Confianza.. Nada es suficiente.
—¿Por qué lo mencionas, madre? Sé que la maldición tiene un poder infinito y podría salirse de control cuando menos lo espere. Necesito la libertad para poder retener..
—No descansarás hasta que se consuman las estrellas, Raven... Eres fuerte y podrás enfrentar cada obstáculo que tengas en tu vida, pero si quieres proteger a tus seres más queridos, deberás estar consciente de algo: tu padre puede reflejarse en cualquier forma, ya sea como advertencia, amenaza o algo peor que sobrepase esa línea.
— ¿A qué te refieres, madre?
—Cuando veas reflejado en alguien más algo sobre quién eres, tendrás que estar preparada para lo peor. Solo tú puedes manejar tu ser, tus raíces y tú poder.
—Pero Arella... Si ese día llega, ¿qué haré? ¿Y si necesito de ti?
—¿Hasta dónde puede llegar tu voz , Raven? Desde donde esté podré verte. Esa ves no me necesitarás, hija. En mi ausencia podrás consultar la noche y tomar mis palabras. Estarás bien Raven, tienes un gran futuro por delante. Tú sabrás qué hacer cuando llegue tú hora.

Desde mi corta edad tuve que afrontar los secretos acerca de quién realmente era y en quien me convertiría. Mi realidad nunca fue uno de ellos. Mi vida nunca ha sido normal; alejarme y correr nunca fue la solución. No lo será nunca.

La ausencia de mi mente desapareció. Volví al lugar en el que estaba. Apenas comencé a reaccionar y nuevamente las preocupaciones iniciaron hacia mi. Debí haber tardado menos en hacerlo.

—Raven, ¿te encuentras bien? No trates de ocultarme algo. Tarde o temprano sabré de que se trata. Recuerda lo que hablamos — dijo Robin, poniendo su mano sobre mi hombro—.

El "recuerda lo que hablamos" fue innecesariamente escuchado por los demás y causó reacciones distintas a la que esperaba. En especial con Starfire. Entre menos quisiera poner atención a ambos, más acabaría involucrada. Pero aún no estaba totalmente consciente de ello.

Al parecer nadie había notado nada nuevamente; qué suerte. Siempre que pienso en el futuro prefiero omitir cosas en las que no quiero imaginar qué pasaría si se volvieran realidad. Tampoco me gusta admitir la realidad en la que estoy, en la qué tanto me ha costado sobrellevar todo, pero tenía que hacerlo: todas estas señales solo eran advertencias de algo que, por más que quiera evadirlo, no podría. Ni hoy, ni mañana. Nunca.

Miré fijamente a Robin un momento, él esperaba que dijera algo pero no tenía razón alguna para hacerlo. No ahora. Luego, con la telequinesis levanté rápidamente los trozos sueltos de la taza y limpie el té derramado mientras me retiraba del lugar y caminaba hacia la puerta. Mantuve alrededor de mí una especie de aura que no permitiría que nadie se acercara, no necesitaba más atención sobre mi.

Al ir subiendo las escaleras, sentí que alguien me jalaba del brazo mientras gritaba de dolor al sobrepasar y aguantar la energía que me cubría. Voltee rápidamente y vi que Robin estaba cayendo hacia el suelo pero seguía sin soltarme. Quité el aura y lo tomé de las manos ayudándolo a levantarse.

—Robin..
—Espera, sé que necesitas decirnos algo Raven, tienes que decirme algo. Lo que sucedió fue bastante extraño y temo que...
— No tengo nada que decir.

Antes de que Robin pudiera decir otra palabra, la alarma sonó. Pude evitar a tiempo que mencionara algo más.

—Tenemos problemas.