1. Trascend

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Abrí los ojos, no podía sentir mi cuerpo, con gran trabajo podía observar bien lo que había a mi alrededor; lo que aún quedaba.. Mis manos y mi cuerpo podían tocar el suelo en su totalidad, mi cara estaba en el frío pavimento; sentía un enorme impulso de moverme, de poder y querer levantarme, de hacer algo, pero todo perecía ser un inútil esfuerzo.

Traté de sostenerme de algún escombro o algo grande que hubiera cerca de mí; comencé a mover mis brazos pero parecían no tener fuerza alguna. Con gran trabajo doblé mis rodillas para poder ponerme de pie mientras observaba el resto del lugar, aquel lugar que se había quedado en mi memoria, lleno de tantos recuerdos de hace años, se había ido, solo eran.. escombros, trozos sueltos. Parecía no haber fin.

Me apoyé en una de mis rodillas y por fin pude mantenerme de pie. En medio de la obscuridad y la neblina, había en el cielo una pequeña luz que era rodeada por algunas palomas blancas; sabía inmediatamente que era ella.. El resto del cielo parecía caerse a pedazos también. Todo era muy frío, el clima me impedía aún más moverme.

Dentro de mí, había una lucha interna entre mi ser con ganas de liberarse por completo, de dejar fluir el poder, de hacer algo.. hacer lo necesario para evitar un hundimiento total, pero por alguna razón algo me lo impedía. O alguien. Podía sentirme.. como una mortal más. Una mala señal más.

Al voltear a ver el cielo nuevamente, aún de pie, pude observar que aquella luz seguía ahí, sobre mí, justamente. No era una coincidencia. Hoy no podía haber casualidades, coincidencias o golpes de suerte. Oí de repente algunos pasos al fondo, atrás de mí, muy a lo lejos; cada ves parecieran tomar más y más fuerza.

Me encontraba muy diezmada aún; con esfuerzos enormes podía ver, y mayor dificultad me costaba oír claramente. Quisiera que todo fuera diferente, pero no había señal alguna que me hiciera creer.. Una voz a lo lejos gritaba, los fuertes pasos seguían escuchándose, yo aún podía oírlos; no podía entender que era lo que decía. No podía más, sentía que me derrumbaba, la poca fuerza que tenía en mis piernas se estaba esfumando rápidamente, pero aún así, con gran lentitud y poca estabilidad, pude girar para dejar guiarme por aquella voz.

Mis ojos se iluminaron, no podía creer lo que estaba viendo, comencé a sentir algo extraño dentro de mi, era inexplicable, la respiración se me cortaba poco a poco mientras el viento se llevaba cada una de las palabras que oía. Al tratar de decir un palabra, comencé a sentir que el viento me llevaba a mi también; mis ojos se cerraron y mi mente se puso en blanco.. Otra ves.

The Racing Heart | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora