29. Don't Be What He Made You

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Madre,, ¿jamás has sentido una opresión muy fuerte en el corazón? Como.. ¿como cuando va a suceder algo?
— Hija, lo que sientes es porque hacía mucho que no vivías esto de nuevo y.. ya sabes, hay muchos nervios en las bodas, así como ansiedad, felicidad, emoción, entre otros sentimientos —sonrió—.

Myand'r ponía entusiasmada los últimos detalles en el cabello de su hija para que luciera perfecto. Todo debía serlo este día. Starfire se miraba al espejo mientras su madre terminaba de alistarla.

Su rostro demostraba felicidad pero a veces su mirada se perdía entre el ramo y las demás cosas de la boda. Pensaba una y otra vez en cómo sería su futuro al lado de Robin. Es lo que más había estado esperando y ahora no estaba segura de que fuera la mejor idea, a pesar de que seguía deseándolo tanto como la primera vez.

— Hija, ¿qué sucede? Desde que te sentaste aquí, parece como si estuvieras en otro lugar. Tu mente divaga demasiado, a veces.
— Mamá, lo que siento.. lo que siento no es normal.
— Son nervios, Koriand'r. Sólo eso.
— No.. no se sienten como nervios. Se siente mal.. es extraño, pero.. sentí lo mismo cuando hice esto la primera vez.. Tengo miedo, madre. Miedo de volver a pasar por algo igual. No ahora necesariamente

Myand'r la miró a través del espejo del tocador mientras ponía las manos sobre sus hombros.

— No tienes porqué sentir miedo. Ya no habrá quien te haga daño de nuevo. Y menos al lado de un hombre como Dick, que te ama y quiere estar contigo para siempre.

Starfire sabía que tenía que estar más feliz que nunca, y así estaba, pero también pensaba una y otra vez en si lo que haría era lo correcto y, si en verdad lo era, por qué sentía lo contrario.

Al mismo tiempo, en la iglesia, toda la gente comenzaba a llegar. Entre amigos y familiares, el lugar se llenaba poco a poco. Los titanes se encontraban y hacían grupos para hablar entre ellos, pues algunos no se veían en años, a pesar de que siempre podían estar en contacto.

Chico Bestia y Cyborg acompañaban a Robin antes de que comenzara la ceremonia, mientras el terminaba de alistarse.

— Viejo, me siento ridículo usando este traje, pero Terra no quería que viniera con otra ropa.
— Oye Bestita, sólo lo usarás unas horas. Después serás libre de usar lo que quieras —sonrió—.

Robin se mantenía apartado, viendo a través de una ventana que había en la habitación.

— ¿Porqué hago esto? ¿Cuándo decidí que.. ser esto, sería más importante que ser un héroe?
— Podrás seguir siéndolo en Tamaran, Robin. Solo que.. de otra forma. Ya sabes, dirigiendo a un planeta entero —dijo Cyborg—.
— Si viejo, ¡será genial! A pesar de..
— A pesar.. ¿de qué?
— De que ya no volvamos a vernos ni luchar.. juntos.

Robin se quedó viendo a Chico Bestia y Cyborg. Después, se acercó una silla para sentarse frente a ellos. Guardó silencio unos segundos, hasta que comenzó a ser honesto consigo mismo, y con sus amigos.

— No amo a Starfire..
— Robin, ¿¡de qué hablas?!
— Yo.. no me entusiasma la idea de ir a Tamaran a gobernar un planeta que apenas conozco, Cyborg. Desearía quedarme aquí, seguir con ustedes y con nuestra vida de siempre pero..
— ¿Pero...?
— Starfire me necesita.. y no puedo dar marcha atrás.
— ¡Si puedes! ¡Vamos, viejo, todos lo sabemos!
— ¿De qué hablas, Chico Bestia?

Chico Bestia se quedó callado; comenzó a ponerse nervioso. Se levantó de su asiento, agachando la mirada y tocando sus manos una y otra vez.

The Racing Heart | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora