Alice siguió a Maxen con pasos firmes, aunque por dentro cada vez se sentía más inquieta. Al salir del comedor, él la había estado esperando en el parque, con las manos en los bolsillos y la mirada perdida entre las copas de los árboles. El día, aunque nublado, había dejado una calma extraña en el aire, y la hierba aún estaba húmeda por la lluvia reciente. El gris pálido del cielo parecía suavizar el paisaje, envolviendo todo en una luz tenue.
Mientras avanzaba hacia él, Alice intentó calmarse, recordándose que, si Maxen quería hablarle, debía ser algo importante. A fin de cuentas, él mismo le había dejado claro que prefería mantenerla lejos de su vida. Pero el recuerdo de su conversación con Venus, donde mencionó que la encontraba bonita, se repetía en su mente y la llenaba de dudas. Con cada paso, Alice sentía cómo el suelo húmedo parecía volverse más resbaladizo, como si su propio subconsciente quisiera detenerla.
A unos metros de Maxen, Alice resbaló inevitablemente, quedando atrapada en una mezcla de sorpresa y vergüenza. Antes de que pudiera procesarlo, tropezó con sus propias piernas y, sin darse cuenta, golpeó a Maxen en las pantorrillas. Él, sorprendido y sin tiempo de reaccionar, cayó hacia adelante, atrapándola en un improvisado abrazo para evitar que ambos se desplomaran por completo en el suelo mojado.
—Lo siento mucho —dijo Alice rápidamente, levantando las manos como si con eso pudiera protegerse de la situación—. La tierra... está muy húmeda.
Maxen, con el ceño fruncido y sus manos firmemente apoyadas a cada lado del cuerpo de Alice, la miró por un momento, y luego una pequeña sonrisa, algo sardónica, se asomó en sus labios.
—De verdad, te has ganado el "Tontalice" —gruñó, aunque su tono tenía una mezcla de burla y algo de ternura.
Alice apretó los labios, tratando de contener su propio nerviosismo. Bajó la barbilla, clavando la mirada en su pecho, que apenas subía y bajaba con cada respiración, tratando de encontrar algo de compostura. Maxen observó el gesto, y su expresión se suavizó, cambiando su ceño fruncido por una risa suave, una que la hizo sentir aún más expuesta.
—Tontalice —repitió él, esta vez en un tono más cercano, como si el apodo llevara un significado especial. Se inclinó apenas hacia ella, mirándola con esos ojos llenos de complicidad. Pero antes de que pudiera acercarse más, Alice reaccionó, empujándolo con ambas manos, logrando apartarlo lo suficiente para tomar un respiro profundo.
—¿De qué querías hablar? —preguntó, sentándose y aumentando la distancia entre ellos, aunque sus nervios estaban en su punto máximo.
Maxen arqueó una ceja, observándola con esa sonrisa que parecía estar siempre entre la diversión y el misterio.
—¿Te sucede algo? —preguntó, claramente disfrutando de su reacción, y Alice apartó la mirada rápidamente, intentando ocultar el rubor que seguramente cubría su rostro.
—Nada, nada —respondió, aunque su voz traicionaba cada intento de parecer calmada. Miraba sus manos en su regazo, doblando el borde de su falda como si ese gesto pudiera darle control sobre algo—. Entonces, ¿de qué querías hablar?
Maxen la miró en silencio un momento, sus labios curvándose en una sonrisa más amplia. Al parecer, encontraba su nerviosismo absolutamente encantador.
—Ay, Tontalice —suspiró él, apoyando el codo en sus rodillas y dejando caer su barbilla en la palma de la mano—. Quizás, si no estuvieras tan nerviosa, esta charla podría ser más agradable, ¿no crees?
Alice sintió cómo el calor aumentaba en sus mejillas, y aunque intentaba parecer despreocupada, su mirada seguía evadiendo la de Maxen.
—¿Nerviosa? —repitió con un tono desafiante, aunque por dentro sentía que el rostro le ardía. Sabía que sus manos empezaban a temblar levemente, y esperaba que él no notara las pequeñas chispas de magia que podían escapar en cualquier momento—. ¿Por qué estaría nerviosa? —añadió, intentando sonar burlona, pero su voz salió un poco menos segura de lo que hubiera deseado.
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Alice y el Prisionero de Azkaban [AIH #3]
FanfictionDespués de unas vacaciones algo entretenidas con su familia materna, Alice, regresa a Hogwarts con la noticia del terrible asesino Sirius Black a escapado de Azkaban, y su único objetivo es eliminar a Harry Potter del mapa. Y este año, las arañas es...