Love in the Maze •The Maze Runner• Thomas~Minho

Capítulo 3

PDV: Marta
A la mañana siguiente Emma me despertó. Fuimos juntas a desayunar ya que no teníamos mucho que hacer allí, en el Claro.

Fritanga nos sirvió el desayuno. Huevos revueltos. Era la mejor comida que había probado en los tres días que llevaba allí:
-Está muy bueno, Fritanga.-dije mientras no dejaba de comer.
-Opino lo mismo-dijo Emma después de acabar el desayuno.
-Gracias chicas-parecía ilusionado por el cumplido.

Más tarde me fui a dar una vuelta por el bosque, Emma no vino porque me dijo que quería conocer un poco más a los Clarianos (así los llamaban). Se quedó con Newt, Chuck y Alby. Me dijeron que Minho y un chico rubio (se llamaba Ben), habían salido a correr por el Laberinto.

Me senté en una roca y pensé en todo lo que me habían contado. ¿Cómo podía ser que en un año no hubieran encontrado una salida?¿Porqué les habían encerrado allí?

Seguí allí sentada hasta que escuché unos pasos detrás de mi. Me levanté. Vi a alguien caminar hacia allí. Era Thomas.
-Joder, que susto me has pegado Thomas.-dije mientras lo saludaba con la cabeza.
-Lo siento... ¿Que haces aquí?
-Nada..., quería aclarar las ideas. Aún no me creo que esto esté pasando.-me senté.
-¿Puedo?-preguntó Thomas.
-Claro-respondí mientras asentia. Thomas se sentó.
-¿Que tal sienta no ser la nueva verducha?-preguntó Thomas entre risas.
-Genial, ya me llaman por mi verdadero nombre-respondí uniéndome a las risas.-Y... ¿Que tal va lo de buscar la salida?
-No debería decírtelo...
-Por favor, no se lo contaré a nadie. Lo prometo.-le miré con cara de súplica.
-Está bien, pero como me entere de que cuentas algo... Atente a las consecuencias-me miró con mala cara y después nos empezamos a reír de nuevo.
-Venga, di-dije mientras me ponía seria.
-Pues la verdad...no va bien, llevamos aquí un año y no hemos encontrado nada.-bajó la cabeza- Espero que haya salida, no soporto más esto.
-Tranquilo, seguro que habrá una salida y vosotros la encontraréis.-levantó la mirada y esbozó una leve sonrisa. Después le abracé.
Thomas se me quedó mirando, extrañado.
-Lo siento, bueno... Mejor me voy.
Estaba dispuesta a marcharme cuando Thomas apareció corriendo detrás mio y se paró en frente mio impidiéndome el paso.
-No hace falta que te vayas, no me ha molestado. Simplemente me ha sorprendido.
-¿Sorprendido?
-Sí, no se si te has dado cuenta pero la nueva verducha y tu sois las primeras chicas que hemos visto desde que tenemos memoria.

Nos quedamos mucho tiempo en silencio, mirándonos:
-Creo que ya es hora de irse, ¿no?
-Sí, a ver que ha cocinado para cenar Fritanga.
Empezamos a caminar y cuando llegamos a la entrada del bosque me vino un olor familiar, y no olía muy bien que digamos.
-Nada bueno-contesté rompiendo el silencio que había reinado todo el camino.
Nos dirigimos a la cocina. Aquella iba a ser una noche muy larga...