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—Aquí tienes toallas —le extiendo dos ya estando frente el baño.

—Gracias, no me demorare mucho.

—No te preocupes ¿Quieres comer aquí mejor? Podría preparar lo que quieras.

—Haber que podría ser —se apoya sobre la pared— A ti —dice serio.

Pero me pareció chistoso, idiota.

—Te hare espaguetis el otro día dijiste que te gustaban.

—sí, está bien —se ve ¿Decepcionado?

Concentrada en lo que hacía en la cocina, siento algo detrás de mí, intento moverme pero me es imposible.

—Quédate así.... Solo un rato.

Ben me estaba abrasando por detrás, iba a detenerlo pero me gusta cómo se siente.

Apoyo su cabeza en mi hombro y con sus dedos hacia círculos en mi vientre.

Es relajante podría hasta quedarme dormida.

—¿Estas cómodo? —le pregunto como después unos tal vez cinco minutos.

—Mucho —dice en mi oído.

Todo mi cuerpo se estremece.

—Hay que comer —dice para después soltarme y sentarse en una silla.

Sirvo ambas comidas y nos sentamos tranquilamente conversando.

—¿Puedo conocerlo? —dice de pronto.

—¿A quién?

—Al papa de Emily.

Muevo mis manos nerviosa, si se lo digo ¿Que pensara?

—Te prometo que algún día pero por ahora no.

—No te insistiré porque sé que no cambiaras de parecer, pero de verdad me gustaría conocerlo.

—Lo sé.

—Y con tu familia ¿Por qué no te llevas con ellos?

—Otro día Ben.

Tomo los platos y los llevo a lavar.

—Te gusta mucho esquivar las preguntas, pero las averiguare de igual modo.

El tono en el que lo dijo me asusta mucho, se nota muy decidido hacerlo.

—Katy me dijo que iras al médico con el papa.

—Alejandro.

—¿Qué?

—Su nombre es Alejandro —más bien el segundo nombre— Si él quiere ir yo no se lo negare.

—¿Sabes que puedes contar conmigo siempre? —posa una de sus manos en mi mejilla.

—Si lo sé —y es a lo que más temo.

Unos días después me encuentro esperando a Will para que me lleve al doctor.

Han pasado casi diez minutos desde que tenía que venir, pero no hay rastros de él.

¿Y si no viene? tal vez ya se aburrió de todo esto.

Camino a mi dormitorio, tomo mi cartera en eso escucho el timbre sonar desesperado, voy a revisar algo asustada ¿Abra pasado algo?

Pero no, al abrir hay esta Will algo cansado y un poco sudado, pero no importo y lo abrazo igualmente.

—Creí que te habías arrepentido.

Rodea sus brazos en mí.

—Claro que no jamás podría, hoy voy a ver a mi hija por primera vez, nunca me lo perdonaría. Mi padre me entretuvo con uno de sus discursos, pero logre escapar... Gracias por esperar.

NUESTRA PEQUEÑADonde viven las historias. Descúbrelo ahora