Hoy llovió.
Llovió con fuerza, con pasión.
Miré por la ventana
y un cielo con todos los tonos grises que conozco
saltó a mi vista.
Era bellísimo.
Y el viento frío vino a perfeccionarlo.Quise salir, sentir el agua en mi cabeza
y verla llegar a mis pies,
sentir el tiritar de mi cuerpo
como hace años cuando era joven.Quise reír, sentir la alegría
que embargaría a un campo
al ver terminada la sequía.Quise llorar como aquellos amantes que extrañan la compañía en los días lluviosos.
Quise temer como los niños al escuchar los truenos...
¡Quise hacer tantas cosas!
Pero de tanto divagar de una idea a otra,
la tormenta pasó,
dejando sólo un río en las calles...Salí a recibir el viento en mi cara,
a mirar de frente al infinito.La primera imagen que acudió a mi imaginación fuiste tú.
Deseé tomarte de la mano, abrazarte, besarte...
Quería compartir contigo esta emoción que no puedo explicar,
tan sólo sentir...Dos arcoiris aparecieron, pero no escuché tu voz.
Te extraño. Odio no poder decírtelo.
Esta estación está llena de canciones para ti,
¡Si tan sólo pudiéramos escucharlas juntos...!
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Las cartas que nunca te entregué
PoesíaOlvidadas en algún rincón de aquel viejo baúl, yacen muertas y despreciadas las cartas que alguna vez te dediqué; las miles de horas gastadas en desvelos y en fantasías anhelando que escucharas de mi voz lo que mi corazón te gritaba en su palpitar...