II

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Miyane POV'S

Su mirada, de alguna manera me encantaba, era realmente seductora junto con esa sonrisa tan excitadora.

Sonreía para mis adentros por conocer a alguien igual a mi.

Al terminar de recorrer el puente, miré atrás para ver si podía reconocerlo. Me lleve una gran sorpresa cuando no lo vi, suspiré y me quede viendo el otro lado de aquel paso colgante.

Al ya no tener señales de él, decidí avanzar de nuevo con mi misión y al dar la vuelta, no pude evitar chocar con él. Que encantador encuentro, es como si el mismo destino lo pidiera. Te he encontrado.

—Fijate —fruncí el ceño dando un ligero paso hacia atrás.

—¿No crees que es muy descortés de tu parte gritarle a alguien que acabó salvándote la vida? —la misma sonrisa que tenía la volvió a mostrar con esta patética pregunta.

—Hmp, cómo si me interesara darle las gracias a Tsunade.

—Querida, no estoy hablando de Tsunade si se trata de "salvarte" —el Uchiha bufó aburrido y simplemente se fue dejándonos solos a mí y a su acompañante.

—Yo recuerdo que ella me salvó de un cobarde que no mostró la cara durante 14 años, así que... A ella le agradezco que me haya salvado —lo hice a un lado y volví a caminar.

La verdad era que Tsunade me contó hace tres años que me encontró muy cerca de la aldea, cuando ella aún no era Hokage. Tenía edad suficiente para poder defenderme y entrenar sola, en ese entonces, Tsunade no podía cuidar tanto de mí. Otro problema era que me habían abandonado y creado un odio hacia ahora que consideraba mi hogar.

Curiosamente aún sigo teniendo recuerdos muy desagradables de esa época. Aún veo su silueta pero al tratar de verle la cara todo se torna borroso. 

—¿Piensas dejar a alguien con la palabra en la boca... —sonrió con burla— gatita?

—¿Que tienen que ver tus palabras en mi versión de lo que yo te conté? —espeté sin dejar de caminar.

—Mucho querida Miyane... —me detuve al escuchar mi nombre volteando a verlo con rápidez— Mis palabras son las que más valen en este mundo para ti.

—Cómo es que sabes mi nombre —traté de no tartamudear. Pues la impresión y la sorpresa de que alguien desconocido supiera mi nombre era inaudito.

—¿No te acuerdas de mi gatita?

—¡No me llames gatita!

—¿Por que no? Al fin y al cabo... —se relamió los labios— Siempre te comportaste como una.

Estaba realmente furiosa. Impulsivamente corrí hacia él con un kunai en la mano, a medio camino recordé a esa misma persona, viéndome a mí con él en un entrenamiento donde él detuvo mi ataque.

Torpemente y por distracción, lo detuvo con sólo dos simples dedos. Me sorprendí al momento de su reflejo y poder que me demostraba él en un sólo movimiento.

—Vaya, vaya ¿Lo ves? Eres tan idiota y frágil como la gatita que eres.

—Deja de llamarme así —me separé de él sin siquiera tomarme la molestia de tomar mi arma.

—Es imposible no decirte por tu nombre.

—Idiota... Estoy perdiendo mi tiempo con alguien que no vale la pena.

—Gatita... —se acercó a mí peligrosamente— Yo perdí mi valioso tiempo contigo sólo por verte después de tanto tiempo. No creas que eres especial por tener orgullo, eso tenlo en mente. Nos volveremos a ver —dicho esto, él desapareció.

Me sentí confundida y un poco retraída.

No entendí su concepto, no sabía a que se refería con "después de tanto tiempo", ¿Acaso me estará jugando alguna broma? Si es así, dentro de poco estará muerto por haber jugado conmigo de una manera tan infantil y patética.

En los tres días de viaje que tuve que caminar para llegar con el inútil del Kazekage, no dejaba de pensar en tal alimaña que rondaba por mi cabeza. Sabía que no debía aceptar esta misión.

Entré a la Aldea de la Arena. Recibía miradas de miedo y algunas pocas de odio.

Sonreí para mí. No se que les haya hecho, pero sabía que era algo bastante bien como para oírlos hablar así de mí y mis grandes habilidades.

Pocos metros de ahí, se encontraba el  Kazekage, siendo acompañado por dos personas que sé son realmente poderosas a su lado. Los hermanos del desierto.

—He llegado mi señor —me incliné y soné amable fingidamente— Perdone mi tardanza.

—No te disculpes, es culpa de la distancia que hay entre tu aldea y la mía —con su mirada indicó que me levantara.

—Me presento mi nombre es Gaara del desierto y ellos son mis hermanos... —señaló a los que estaban a su lado— Temari y Kankuro —me señaló a las respectivas personas— Tu como te llamas.

—Miraisuki Miyane —contesté sin expresión alguna.

—Bien Miyane, partiremos hoy al atardecer.

—Es muy peligroso. Quiero proponer que salgamos por la mañana sin excepciones ni retrasos Kazekage-sama.

—Tu opinión me agrada, pero tengo varios asuntos con los cuales debo lidiar antes de irme. Quiero librarme un momento de mi puesto.

—Si así lo quiere mi señor —dejé de ser amable y me mostré realmente como soy— Deja tu estúpido cargo y así ya no sufres.

—¡Quiente crees que eres para hablarle así a Gaara! —gritó Kankuro.

—Tranquilo Kankuro, ella no sabe lo que hace —se dió la media vuelta dejándome enojada.

Odio a todo ser que tenga que ver con la aldea de la arena.

Orochimaru POV'S

Pequeña niña estúpida. Después de todo lo que hice por ella... Me impresiona la manera en como pueda olvidar el dolor ocasionado que le causé en el pasado.

Tuve que irme por su ignorancia e incredulidad. Era sumamente increíble que no me reconociera.

—Es imposible no decirte por tu nombre —observé cada rastro de ella en ese cuerpo que me hacia sentir un éxtasis impresionante.

—Idiota... Estoy perdiendo mi tiempo con alguien que no vale la pena —sus lindas y finas cejas se enarcaron con molestia.

—Gatita... —me acerqué a ella con el deseo que me provocaba toda ella, una explosión tan deliciosa en mi interior— Yo perdí mi valioso tiempo contigo sólo por verte después de tanto tiempo. No creas que eres especial por tener orgullo, eso tenlo en mente. Nos volveremos a ver —desaparecí de su vista mirándola desde las sombras de un árbol ideales en distancia para que no se diese cuenta de mi vigilancia hacia ella.

Observaba como volvía a emprender camino hacia su destino. Ya es tiempo para volver a tenerla. Crearé una sucia y excitante batalla en donde ella caiga rendida a mis pies. Como siempre.

—No crees que ya estas demasiado grande como para estar con ella —Sasuke apareció recargado en un árbol criticando mis actos.

—Oh, Sasuke. No me digas que te gusta mi experimento.

—En efecto, no me interesan las cosas débiles.

—Chiquillo, tu no sabes la cantidad de fuerza que ella tiene. Es mucho más superior de lo que tu eres ahora. —su ceño se frunció y como consecuencia recibí uno de los muchos patéticos e insignificantes ataques con shuriken.

—No me compares con algo que no vale la pena.

—Calmate, cállate y camina —Sasuke ya no dijo nada, era una manera de hacerlo callar con sus estúpidas manías.

Era detestable, pero sin duda era poderoso. Tal como yo lo seré si la arrastro de mi lado, y lo más importante... Si logró arrastrarla hasta la cama.

¿Que se sentiría hacerlo con tan simple pero peligrosa gatita?

"Escondete pequeña... Porque dentro de poco sabrás que es la vida y el miedo"


Miedo, Sed y Placer |Orochimaru|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora