Capitulo VI

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Ya no era lo mismo desde aquel día, me encerraba en la habitación, Kabuto me tenía que sacar de ahí para ir a comer, claro estaba, su exhorto había terminado para mi buena suerte, sin embargo, nuestra gran rivalidad pasó a una relación un tanto íntima e incoherente. Kabuto entró y le pedí que me llevara la comida hasta mi aposento porque no quería ni sentirlo cerca. No quería ver a Orochimaru.

—Debes de comer —dijo Kabuto cortante, pero a la vez preocupado.

—No, no tengo hambre. Muchas gracias —sonreí como idiota y me acosté dando la espalda a la pared.

—No te estoy preguntando, vamos aunque sea para que vayas por tu comida ¿Quieres?

—¿De verdad? ¡Oh Kabuto —me avalancé a sus brazos dándole un corto beso—, gracias!

—Si... Ya... Vamos —me apartó no de forma brusca, sino quieta y de forma pasiva.

Fuimos caminando hasta la cocina/comedor del escondite. Un error muy grande.

—¿Qué haces aquí Kabuto? —mi sangre heló por completo mis acciones y pensamientos.

Vengo a entregarle el avance de Sasuke en su entrenamiento físico y psicológico-emocional.

—Déjalos en la mesa y largo de mi vista.

Me molestó de forma descarada que él le hablara así como si tuviera todo el poder en él. Y lo tiene. No puedo negarlo, a final de cuentas, es su jefe.

¿Sólo por el simple hecho de que esté con Kabuto le tienes que hablar así? —procedí a hacerle frente aunque fuera por el bien de Kabuto, sobre todo el mío.

Kabuto... Retírate —habló seco y burlón ante el interrogativo que le plantee.

No si no es con ella —me tomó por los hombros queriéndome incitar a salir a su lado.

No me desobedezcas porque sabes de lo que soy capaz. Retírate si no quieres que yo te eche de aquí.

Kabuto no negó ni enfrentó más a Orochimaru, puesto que esas amenazas él sabía que le inculcarían a separarse de mi. Y eso ninguno de los dos lo quiere.

Deja de entrometerte Miyane... La verdad no te conviene que me enfrentes y menos por el idiota de Kabuto.

—Si yo quiero jugar con fuego sólo será por él y no por ti, Yamata. Eres igual de ingenuo que yo.

¿Yo igual que tú? —comenzó a reír con esa suspicacia que tanto ya me tenía perdida cuando lo hacía, de esa risa a la cual tanto me recorre una sensación muy nueva para mi, una más fuerte que la de Kabuto.

Tienes razón. Eres un completo imbécil a mi lado. —sentencié ya molesta ante todo lo que se había avecinado a mi mente. Sabía que me estaba enamorando de la misma persona que me abandonó hace tiempo. En el cual, yo le deseé y le necesité más que a nadie.

Y tú una completa mediocre siguiendo mi juego, bien sabes que ya te puedes ir... ya no  me importas en lo absoluto.

¿Qué? ¡¿Bromeas?! ¡Porque me dices eso... Tú no tienes idea de que es lo que dices, no tienes ni la menor preocupación o curiosidad por saber que es lo que siento! ¡¿Acaso no te interesa lo que yo siento por ti?! Que a pesar de que me hayas abandonado... Te sigo amando... Sigo queriendo seguir a tu lado... ¡QUIERO SER JODIDAMENTE TUYA!

¿Y para qué necesito a una perra que va detrás de mis mejores ayudantes en mi vida? Ni siquiera mereces mi atención, gatita.

Ya me tenía muerta... Me había matado con esas palabras.

Miedo, Sed y Placer |Orochimaru|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora