Cinco.

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Desperte inconscientemente, era necesidad de ir al sanitario.

Al volver encendí la televisión en un programa de "Espectáculos" aún que en realidad eran chismes.

Me acosté junto a Joan era hermoso, me recordaba muchísimo a Sebastián.

Me encantaba como bostezaba mientras movía sus manitas. Era tan tierno, e incluso tenía miles de fotos de el haciéndolo.

Cuando despertó lo hizo tranquilamente y sin dramatizar.

Se me ocurrió la grandiosa idea de bañarme junto a el, en realidad no sabía como iba a hacerlo.

Tocaron la puerta levemente, mire a mi bebe , se había espantado y abrio sus pequeños ojos como platos, lo cual hizo que riera.

- Hola hija- era mi padre - Te llamó tu amiga, dijo que te veía en el parque.

-Si, esta bien.

-Entonces te dejó, bajan a desayunar ¿Si?

Asentí y el dio media vuelta para irse.

-Papá papá, espera.

-Dime -volvio.

-¿Tienes tina en tu baño, verdad?

Asintió.

-Ah, es que quería ver si podía, ya sabes, bañarme con...- Mostré los dientes.

-Río irónico- Claro.

-Bueno, gracias- entre cerré los ojos.

El se fue muy divertido, no entendía el porque.

Saque mi ropa del closet (Un pantalón de mezclilla entubado, una camisa blanca un poco transparente y un chaleco color vino)
Y por ente, también para Joan.

Fui hacia el baño del cuarto donde mi padre duerme, deje que la tina se llenará y exprimí un poco de champú sobre esta.

Salí y lo prepare para un buen baño, puse el seguro a la puerta del baño y me desvesti mientras lo dejaba en un asiento de baño donde lo bañaba normalmente, sin embargo, este estaba seco.

Entre a la tina con el, lo acosté sobre mi pecho, el agua llegaba hasta mitad de su pequeña espalda.

El suspiraba con sus ojitos cerrados, mientras yo lo lavaba con suavidad.

Al terminar nos quedamos allí dentro, hasta que sus pequeños deditos se hicieron de abuelito.

Lo enjuague con agua caliente, lo enrolle en una toalla y lo deje sobre el asiento de baño, e hice lo mismo; me enjuague y enrolle una toalla en mi torzo.

Me vestí allí mismo, ya que no podía salir así al cuarto de mi padre.

Al terminar de vestirme salí de ahí con el, envuelto en dos toallas blancas. Lo llevé hacia mi habitación y lo cambie con un lindo mameluco azul. Termine de arreglarme yo cuando había terminado con él.

Bajamos a desayunar estando todos ahí.

-Hoy saldré con Johana- avise.

-¿Te lo llevarás?- preguntó papá.

-Es obvio.

-¡Noo! Dejamelo, anda, es que es tan hermoso- dijo Gabriela.

-Es su hijo Gabriela, tienes que dejarlo.

-¡Agh! Quiero cuidarlo hoy.

-No puedo dejartelo siempre Gaby, pensaras que son muy encajosa- dije.

-No, andale, hoy será la ultima vez. Por favor- rogó.

-Esta bien, pero solo hoy.

-Lo juro.

-Bueno- me levanté y lo deje en sus brazos- cuidalo por favor y cualquier cosa me llamas.

Asintió

-Papá regreso en un rato, juro no tardarme.

-Esta bien, con cuidado.

Subí por mi pequeño bolso y baje dejándole un beso en la frente a Joan.

Tome un taxi hacia él parque de la lagunilla. Baje justo en la entrada y me senté debajo un árbol, donde quedé con Johana.

Miraba las fotos de Joan y sonreía cada segundo, llegué a las fotos de hace un año, con Sebastián donde nos veíamos muy contentos y "enamorados" donde yo no tenía tantas preocupaciones como ahora.
También llegué a las fotos donde estaban todos mis amigos, y entre ellos Gerardo, mi hermanastro, quien no sé donde esta y quiero verlo para desahogarme con él.

-¡Hola! ¿Tu eres la chica del restaurante?- escuché.

Quité la mirada del celular y mire a la chica castaña.

-¿Tu eres?- me levanté limpiando mi trasero de la tierra del árbol.

-No creo que me recuerdes, ayer, en el restaurante.

-Veo a mucha gente ahí.

-¡Lo tengo! Mi novio se metió al baño de chicas.

Sebastián.

-Ah, recuerdo. ¿Te puedo ayudar en algo?

-Vine aquí con mi novio, y no lo encuentro ¿Puedes ayudarme a buscarlo, no conozco muy bien.

-Me encantaría- es obvio que no me encantaría- pero, mi amiga me espera.

-¡Ugh! Entiendo- hizo una pausa- mira, ahí viene- señalo con la barbilla.

-Felicidades, lo encontraste, adiós- dije sonriendo.

-No, no espera- me tomo de la muñeca.

Mire con él ceño fruncido su mano sobre mi muñeca.

-Mira cielo, la misma chica de ayer, de la que hablabas- le dijo a Sebastián.

Ahora odio haberle dicho cielo a Sebastián.

-Hola, adiós- Sonreí falsamente- ¿Puedes soltarme- señalé mi muñeca.

-Solo si aceptas comer con nosotros- dijo ella.

Le arregate mi muñeca con fuerza.

-¡Oh mira! Él mismo tatuaje que Sebastián.

Abrí mis ojos como platos y jale la manga.

-Debo irme adiós- giré sobre mis talones.

-¡Espera!- dijo Sebastián- Mónica ¿Puedes ir a pedir? Yo la convenzo.

-Claro que si amor- besó sus labios.

Me arrepiento de haberle dicho amor a Sebastián.

Ella camino sobre sus grandes tacones.

-¿Qué quieres?- le dije.

-¿No los has borrado?

-¿De qué hablas?

-Los tatuajes.

-Si pudiera lo hubiera echo.

-Yo lo hice- dijo sonriendo.

-¿En serio?

Se retiró él guante que tenía.

-¿Te importaría que lo hiciera?

-Obvio no, si quieres puedes tatuarte su nombre en la frente.

-Río- mira- me mostró los tres tatuajes que habíamos echo juntos, ambos iguales a los mios.

Estiró su mano contraria hacia mi. Puse mi muñeca sobre su palma y revisó cada uno de los tres tatuajes.

Junto mi muñeca con la suya uniendo él primer tatuaje, después entrelazo sus dedos sonriendo.

-Ahora esto es lo que nos une.

-No lo creo- me separé- debo irme.

-Juan quiere verte.

-No creo que sea posible.

-Le diré que no.

-Yo veré que hago.

-Veo que cambiaste de teléfono ¿Puedes pasármelo?

-Adios- apreté los labios y salí de ahí.

Él Regresó||Sebastián Villalobos Y Tú|| Temporada 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora