Él Regresó||Sebastián Villalobos Y Tú|| Temporada 2.

Nueve.

La luz del sol entró por mi ventana y pegaba hacia mi cara. Sentía un calor en ésta y desperté. Joan dormía aún dormía. Era la primera vez en toda su existencia que se despertaba después de mi.

Tomé mi celular de la mesita de noche y entre a mis redes. Me quede pensando en lo que Fernando y Johana, dijeron el día anterior.

Miré el inicio de mi cuenta de Twitter.

"¡Qué hermoso México! Me traes recuerdos maravillosos, que nunca podré olvidar (:)"

Aún seguía a Sebastián, pero ya no lo checaba como antes.
Volví a dejarlo en la mesilla, me levanté y preparé una ducha.
Escuchaba vibrar mi celular, una y otra vez. Fue hacia el antes que despertaran a Joan.

Notificaciones de Twitter, me habían mencionado en muchísimos comentarios de aquel Twitt de Sebastián.

"@Villalobossebas ¿No tienes a alguien más?"

*¿@PiezaDeSuCubo Tú has olvidado a tú gran amor? xx'*

"@Villalobossebas Desgraciadamente no.

*@PiezaDeSuCubo ;)*

Sonreí sin saber porque lo hice.

Me levanté y encendí la televisión, el silencio no le caía muy bien.

-Está todo listo, puedes mudarte hoy mismo si quieres- entró mi padre.

-¿En serio?

-Cuando tú lo ordenes.- sonrió.

Miré a Joan, creí que sería una mejor idea el irnos de dónde Sebastián sabe que estaba, dónde podría encontrarme.

-Sí, quiero hacerlo papá.

-Está bien, pediré que vengan por ti.

-Gracias.

Tomé un baño rápido, desde que nació Joan era un reto hacerlo antes de que llorara.
Mi padre me informó que vendrían por nosotros en al menos dos horas, tenía el tiempo suficiente para empacar todo.

Tomé las maletas con las que me mude a esta casa, cuando Sebastián y Gerardo estaban conmigo.

Seis maletas fue lo que subí a la camioneta que me llevaría a mi anterior casa, no quería dejar esta casa, me sentía bien ahí. Siempre estaba acompañada.

-¿Me avisadas cualquier cosa?- me preguntó mi padre en la puerta de mi casa.

-Claro que sí, tranquilo, no estamos tan lejos.- respondí para tranquilizarlo.

-Cuarenta minutos no es cerca.

-Pero tampoco tan lejos- reí.

-¿Estas segura de esto hija?- me preguntó Mari.

-Lo estoy, debo ser independiente.