Narra: ________.
Ya habíamos salido de aquel parque. Llame a mi padre para saber si Joan estaba bien.
-Está durmiendo, no te preocupes, puedes estar a fuera otro par de horas. Desestresate, llevas mucho tiempo en casa.- contestó mi padre desde la otra línea.
-¿Seguro?
-Cuando el se despierte, yo te marco ¿Esta bien?
-Bueno papá, gracias.
-Cuidate, te quiero.
-Igual te quiero- colgué.
Metí el celular a mi bolsillo y abracé mi torso.
-El aún sigue durmiendo, quizá camine un poco. No te preocupes.
-En serio, perdón ______- se disculpó Johana.
-No importa, aprovecha ahora que tú sí puedes estudiar- sonreí.
-No sigas con eso, bueno ¿Te marco al rato?
-Si, claro.
-Te quiero- me abrazó- y perdón, de nuevo.
-No importa- besé su mejilla- te quiero.
Caminó hacia el puente de la avenida mirando hacia atrás sonriendome. Cuando la perdí de vista giré sobre mis talones y camine, aún no tenia muy en claro a donde.
Jugaba con las llaves que tenia en mi mano. Algunas ya no las reconocía, como la casa en donde viví con mi madre, la casa que mi madre me había dejado en la cual viví con Gerardo y había una que no reconocía muy bien, era redonda y de color negra y con una estrella doble dibujada en ella y el numero 304. Caminaba mirando ésta, tratando de reconocerla.Crucé la avenida a un local, compré un café de vainilla y seguí caminando. Al terminar mi café le deposité en un bote de basura que estaba frente a un edificio. Me parecía conocido, retrocedí algunos pasos para mirar completo el edificio. Saqué la llave que no podía reconocer y comparé la estrella que tenia con la de el logotipo de el edificio.
Ahora recordaba de que era.
Entre al edificio con la llave en la mano. Llamé al ascensor, subí y presione el piso numero diez y ocho, al llegar busque la puerta con él numero trescientos cuatro e introduje la llave abriendo la puerta.Mire todo, muy distinto de como lo recordaba, es lógico, fue hace casi un año la ultima y única vez que estuve aquí. Donde pasé mi cumpleaños, aunque no lo acepte, fue el mejor de muchos, claro, solo los momentos en los cuales estuve con el.
Los globos inflados con helio cuyos tenían una foto de nosotros colgando de su lasito color blanco, ya estaban en el suelo, desinflados y encogidos, algunas fotografías volteadas y algunas otras dobladas, no entendía el porque.
Cerré la puerta y camine saltandolas. Mi vista se desvío hacia el lado izquierdo, en donde se encontraban las puertas corredizas que llevaban a un pequeño balcón, en el cual estaba el grande sofá y las mantas con las que nos cubrimos aquella noche. Ignoré un gran nudo en la garganta. Abrí la siguiente puerta, cuya estaba la cama en la que cuerpo a cuerpo nos dijimos cuanto nos amábamos.
Me recargue sobre el marco de la puerta, arqueé mi torso hacia el frente cubriendo mi boca y sintiendo algunas pequeñas lagrimillas saliendo, corriendo por mis mejillas y siendo interrumpidas por la manga de mi camisa.
Regresé a la entrada, recogí todas las fotografías que estaban tiradas, las junté y las tuve en mi mano por algunos momentos. Recorrí las puertas dejando que el aire y la luz de el balcón entrara. Me senté con ambas piernas cruzadas en el sofá mirando la vista que éste ofrecía.
Me quede así unos minutos, mirando hacia ningún lado, solo los coches paseando por las calles e imaginando a sus conductores estresados por el tráfico. Los niños jugando con sus mascotas o amigos e imaginó y pienso que me encantaría ser de nuevo una niña, sin preocupaciones ni ideas locas.
Mi celular logró sacarme de mis pensamientos.
-¿Sí?- contesté.
-Hola hija, tu bebé a despertado.
-Okey, voy para haya ahora mismo.
-Podemos controlarlo- rió divertido.
-Voy para haya papá, esta bien.
-¿Voy por ti?
-No, no. Estoy bien, en media hora llego.
-Te esperó.
-Chau- colgué.
Miré las fotografías aún en mis manos y las metí en mi bolsillo, un poco apretadas.
Me levanté y camine hacia la puerta, estaba por abrir no sin antes echar un vistazo de nuevo, esas habitaciones me traían momentos muy, no sé en sí como llamarlos.Estiré una mano hacia la manecilla, cuando vi que esta se movía sola, sin que lo ya tocara. La puerta comenzaba a abrirse y yo me quede ahí sin movimiento. Cuando ésta se abrió completamente suspire e intenté salir.
-¿Qué hiciste con las fotos?- me miró después de mirar el suelo con los globos.
-Las saqué de mi bolsillo trasero y se las estiré- ¿Te importa?
-Tu y yo prometimos que aquí nada se movería- murmuró.
-Tu eres el menos indicado de hablar de promesas Sebastián, aparte creo que ya es hora de que te des cuenta de que no todas las promesas se cumplen.
Se quedo callado y suspiro.
Salí a el corredor y mire a su novia recargada sobre la pared, quizá escondida. Me dio la impresión de que se meterían a hacer sus sucias necesidades.
-Hola- dijo ella alzando una mano.
Alce la barbilla en forma de saludo.
-Solo puedo decirles algo a amos- dije antes de irme- hagan lo que hagan adentro, no lo hagan en la cama, por favor. Pueden hacerlo en el balcón, en el suelo, en la alfombra, no lo sé- frunci el ceño- sobre la cómoda si quieren. Solo en la cama no lo hagan- miré a Sebastián- espero que eso si puedas hacerlo.
-No venimos a hacer nada aquí, ella lo sabe todo ______- dijo Sebastián- simplemente que no me creyó y quise venir aquí para mostrarle las fotos, por eso fue que te lo pregunté.
-Bueno- sonreí- ahora que lo sabes, puedes estar completamente tranquila. Yo ya no me acercaré a el. Ahora yo tengo cosas más importantes por cuales pensar.
Llamé al ascensor y me fui de aquel edificio.
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Él Regresó||Sebastián Villalobos Y Tú|| Temporada 2.
أدب الهواةÉl ha regresado y no sé para que lo hizo.