Lucas' POV
Al final Anne cumplió su promesa de no ir a la cafetería y de paso nos dio un buen susto a todos. Cuando me encontraba en la cafetería, esperándola, llegó mi médica favorita para darme una noticia no muy agradable. Fuimos al hospital y estuvieron hasta que se acabó el horario de visitas, yo pasé la noche con ella, sí, sé que pensaréis que soy un convenido, pero al final, he conseguido cogerle algo de aprecio a esa chica pelirroja que parece esconder muchas cosas.
Esa tarde me quedaría con ella. Estuve en las clases, aburrido, como siempre, planteándome cumplir sueños que sé que nunca cumpliría. Es todo muy distinto a como me lo imaginaba, yo imaginaba estudiar lo que deseaba en el lugar en el que yo deseaba, pero mi padre antepuso sus sueños a los míos. Siempre lo había hecho. Odiaba que me manipulase, pero nadie estaba de mi parte. Mis amigos no conocen porque cogí una carrera que se nota que no me gusta y porque hay días que no salgo de mi habitación.
Estaba divagando cuando noté que carraspeaban y me decían:
-Señor García, ¿por qué no se ha marchado como el resto? ¿Necesita ayuda con algo?
-No, muchas gracias señor Herrera.
-De acuerdo... Que pase un buen día.
-Igualmente - le contesté con una sonrisa más falsa que la peluca de la "mujer" que me daba clases de matemáticas.
*******
Estaba en mi habitación, esperando el momento en el que se suponía que esas personas que me habían dado la vida llamasen, pero no lo hacían. Grité de frustración como nunca lo había hecho antes. Frustración por no recibir el cariño de mis padres, frustración por dejar que me usasen como si de una marioneta me tratase, frustración por no poder contárselo a mis amigos por miedo a que me hiciesen cambiar de carrera, frustración por sentir algo, no sé si amistad o algo más fuerte por quién no debería sentirlo. Sentía frustración con mi vida en general.
******
Llegué a la habitación de Anne y me encontré a Hans saliendo de ella con bastante mala cara.
-¿Qué ocurre? - le pregunté bajito.
-He descubierto algo mientras dormía... Y no es agradable.
-Dime que es, por favor.
-No... No puedo. Me siento mal por haber estado husmeando entre sus cosas. Lo siento, pero no te lo voy a contar, no ahora, por lo menos.
-De acuerdo Hans... No voy a ponerme a llorar ni nada, aunque la curiosidad puede conmigo.
-Ya sabes lo que dicen, la curiosidad mató al gato.
-Si, pero el maldito gato murió sabiendo y eso es lo que importa.
-Vale... - no sabía que decirme, así que se despidió.
-Adiós Hans.
Entré a la habitación de Anne y estaba despierta y muy pensativa sentada en su cama, con su pelo enmarañado y sus mofletes rojizos, lo que indicaba que no hacía mucho tiempo que se había despertado.
-¿Cómo estás?
-Humm... Supongo que bien, parece que me ha aplastado una foca y que un unicornio músico se ha instalado en mi cabeza y no deja de tocar instrumentos.
-Vale, señorita listilla, noto la ironía.
-Eso pretendía.
Estuvimos charlando de cosas banales hasta que con una lágrima recorriendo su mejilla, me dijo:
-No soporto más el dolor... ¿Puedes traerme una pastilla? Están guardadas en aquel cajón - dijo señalándome una mesa con un montón de papeles, pinturas y libros esparcidos por la mesa. Abrí el primer cajón y allí estaban las pastillas, las cogí y observé un dibujo bastante escalofriante de una niña castaña de ojos azules que reflejaban su miedo sentada en una esquina con una sombra proyectándose a un lado de una de las paredes que se ven. Es bastante espeluznante. Al ver que tardo dice:
-Trae mi pastilla por favor.-Voy.
Se la doy y coge el vaso de agua que hay en su mesa para tragarse la pastilla. Al rato empieza a bostezar y se queda durmiendo. Supongo que será un efecto secundario de la pastilla. Vuelvo al cajón en el que estaban las pastillas y me quedo observando el dibujo, cuando alguien entra en la habitación.
Me doy la vuelta y es Renée. Ella se queda observándome, como preguntándose que hago yo aquí.
-Cuido de Anne - es mi respuesta a su pregunta silenciosa. La conozco y sé que lo iba a preguntar si no le decía nada. Pero ahora, después de aquello, es más callada.
-No lo iba a preguntar, pero gracias por la información. Por cierto, ¿hablaste con los chicos?
-No, pero pueden venir ahora. ¿Te parece?
-Si... Te lo agradecería Lucas.
Cogí el móvil y puse el mensaje que siempre ponemos cuando necesitamos urgentemente a los demás.
<<Caballito de mar pariendo, repito, caballito de mar pariendo>>.
Al momento empezaron a preguntarme si le pasaba algo a Anne o a mí, a lo que contesté.
<<Sólo venid>>.
En menos de un cuarto de hora estaban todos aquí. Cuando entraron cerré con llaves y las guardé.
-¿Qué pasa? - pregunta Gio.
-Nada. No nos pasa nada ni a Anne ni a mi.
-¿Entonces? -pregunta Hans desconfiado.
-Sólo vamos a hablar y a superar rencillas del pasado. ¿Os parece?
-¿Qué? - preguntó Dianne muy confusa.
-Yo soy la rencilla del pasado - dijo Renée saliendo de debajo de la cama como si fuese una serpiente que parecía un pez por la manera en la que ponía su boca.
-Joder, ella no - dice Giovanna dirigiéndose a la puerta, sólo para darse cuenta de que estaba cerrada. - Abre la puerta Lucas. Esta broma no tiene gracia. Quiero irme. Renée dejo bastante clara su opinión en su momento. No quiero escuchar sus excusas. No guardo rencor, pero si tengo memoria, osea, sí, soy una maldita rencorosa, pero no voy a escucharla.
-Por favor. Tenéis que saber lo que pasó... Si después seguís sin querer verme, lo entenderé y os dejaré tranquilos. ¿De acuerdo?
-Vale - aceptaron Dianne y Hans.
-Joder, de acuerdo - dice Gio y yo le doy un beso en su mejilla solo para que se tranquilice un poco.
-Adelante, empieza Renée, quiero escuchar tus excusas.
-Muchas gracias chicos. Esto fue lo que pasó...
N/A:
El otro capítulo desgraciadamente no ha llegado ni a 10 likes, lo que entiendo como que no os gusta la historia, o no os gusta mucho. ¿Qué fallos tengo? Si me lo dijéseis los podría mejorar. Bueno, os dejaré con la intriga de que es lo que ocurrió para que ninguno quiera hablar con Renée. Hasta el próximo capítulo que espero que os guste.
Ciaoo ^3^
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Algo que esconder
Teen FictionTodos esconden un secreto. Un secreto que puede dañar su amistad para siempre o que puede unirlos aún más. Pero, ninguno quiere que esos secretos que guardan como el más preciado tesoro, salgan a la luz, aunque tarde o temprano, sucede. Anne y Luca...