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Nunca le dirigió la palabra a Kyungsoo el día siguiente al menos que hubiera sido sobre el proyecto y el otro hace lo mismo. Sus nuevos diseños ajustados, son apropiados para el lugar, y Kyungsoo le dijo que iniciaría con la construcción en una semana luego de que haya contactado a su ingeniero.

Jongin no visitó la tumba de Jinri.

Tan pronto como Jongin llega en la tarde a su departamento, llama a uno de sus amigos de la agencia de arquitectura.

—¿Hola?—saluda en la otra línea—¿Luhan?

—¿Jongin? ¿eres tú?—Luhan pregunta, y Jongin puede escuchar ruidos en el fondo. Quizá está trabajando.

—Sí, soy yo—murmura—Siento pedirte esto pero, ¿podrías hacerme un favor?

. . . 

 —Tú...—murmura Chanyeol apuntándolo acusadoramente con su dedo—No lo hiciste.

—Sí lo hice, Chanyeol—suspira Jongin—No puedo seguir más con el trabajo.

—Qué demonios—maldice Chanyeol en voz baja, y Jongin sabe que se lo merece—Te di el proyecto porque en serio lo necesitabas, ¿y se lo acabas de dar a tu colega? ¿es porque Kyungsoo es...?

—¡No!—grita, sus frustraciones saliendo de su boca—¡No lo entiendes, Chanyeol!

—Hazme entender, Jongin—dice Chanyeol sacudiendo con fuerza sus hombros—Hazme entender.

Jongin cierra los ojos y se abraza a sí mismo, soltando las palabras que nunca pensó que diría en toda su vida.

—Tal vez... Tal vez puede que Kyungsoo me guste más de lo que debería.

Las manos de Chanyeol caen a sus costados, y Jongin piensa que su mejor amigo está ahora enojado con él, pero antes de que pueda pedir una disculpa, siente que lo arrastran a un apretado abrazo. Chanyeol está palmeando su espalda con suavidad, y sabe que no es con lástima sino simpatía.

—No sé qué hacer. Siento como si ya no pudiera hacer el proyecto y se lo di a Luhan—dice Jongin—Tal vez esta es la consecuencia por haber matado a Jinri, Chanyeol, yo...

—Shh—Chanyeol lo calla y revuelve el cabello de Jongin—No mataste a Jinri, nunca fue tu culpa. Esto no es una consecuencia—dice y se aleja, palmeando las mejillas de Jongin—Descansa, sé que estás agotado.

Tan pronto como Chanyeol lo envuelve en su sábana, Jongin se queda dormido.  

. . .

Era de medianoche en ese momento y Jongin sacaba con impaciencia a su novia del dormitorio.

—¡Jongin!—susurró Jinri en un grito leve, liberándose del agarre de Jongin—¡Sabes lo que nos pasará si averiguan que nos escabullimos durante el toque de queda!

—No te preocupes, Jin. No nos atraparán —aseguró Jongin, conduciéndola a un elegante auto negro en el estacionamiento de su escuela.

—¿De quién es este auto?—preguntó Jinri mientras Jongin la empujaba dentro del asiento del pasajero y él iba al del conductor.

—Regalo de cumpleaños de mi padre — respondió Jongin, sacando las llaves y encendiendo el motor—Quiero conducir ahora, contigo.

—¿Sabes cómo conducir, Jongin? Ni siquiera no eres legal para manejar esto.

—¡Claro que sé conducir!—Jongin pisó el acelerador y condujo a toda velocidad, percatándose de que el camino estaba desierto y solo unos cuantos carros estaban pasando.

Los siguientes escasos minutos estuvieron llenos con Jinri entrando en pánico, y Jongin haciendo un esfuerzo para no enloquecer, mientras encontraba alguna manera de detener el auto que se encontraba en exceso de velocidad. Cuando giró hacia la izquierda, sus ojos se abrieron al estar a punto de chocar contra un árbol. Jinri gritó y luego hubo el impacto.

Jongin levantó su cabeza de estar inclinada en el volante, sintiendo un líquido caliente goteando en su frente. Con poca fuerza, se dio vuelta y vio a Jinri, con el rostro cubierto con rojo escarlata y la cabeza. Intentó alcanzarla, todo su cuerpo se encontraba temblando mientras ponía dos dedos en el cuello de la chica y respiró profundamente cuando no sintió ningún pulso. 

Jongin perdió el conocimiento después.   

La siguiente vez que despertó, ya estaba en una habitación de hospital, parpadeando mientras trataba de adaptarse a la luz. Volteó y vio a Chanyeol jugando con su celular en el sillón, y cuando su mejor amigo levantó la cabeza, se levantó bruscamente acerándose a Jongin.

—Hombre, me asustaste—dijo Chanyeol mientras se sentaba en la silla junto a Jongin—Has estado en coma por once días. Pensé que ya no ibas a despertar nunca más.

La boca de Jongin estaba seca pero aun así, intentó hablar—¿Dónde está Jinri?

Chanyeol miró a su alrededor menos a él, sintiéndose incómodo.

—Tus padres fueron a hablar con el doctor—Chanyeol respondió, jugando con el dobladillo de su suéter.

—Chanyeol—murmuró Jongin con voz ronca, estando al borde de las lágrimas —¿Dónde está ella?

Chanyeol respiró hondo, sollozando antes de hablar.

—Se ha ido, Jongin.   

Pasaron años para que Jongin pudiera recuperarse finalmente del trauma que tuvo por el accidente, y también le  tomó años antes de que al fin se diera cuenta de que Jinri no estaba más con él.

Pasaron años antes de que pudiera conducir de nuevo un auto; varios sermones y palabras de convencimiento de sus amigos para superar su fobia.

Nunca fue fácil, ya que Jongin temblaba cuando sostenía el volante y tenía que respirar profundamente varias veces. Su pie estaba en el acelerador, pero nunca lo pisaba.

—Relájate, Jongin—dijo Chanyeol. Estaba sentado junto a él, enseñándole a conducir. —No entres en pánico.

—Chanyeol, yo...—Jongin negó con la cabeza y dejó caer su mano—No puedo hacerlo.

—Puedes y lo harás, Kim Jongin— advirtió su amigo con la desesperación atada a su tono—No vamos a salir de este maldito auto hasta que aprendas a enfrentar tu miedo.

Jongin tragó antes de pisar el acelerador y conducir.





The lines and spaces between us [Traducción/ KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora