Capítulo 2. Galería Spike

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Disclaimer:

La historia no es mía es una adaptación de la película My Sassy Girl, usando los personajes de The Legend Of Korra, los cuales no me pertenecen.

–¡Ni siquiera nos llevaron a una cárcel real, es una cárcel de la universidad!– gritó Mako a modo de burla mientras salíamos de la "celda".

Después de abrir la puerta del departamento, Lin nos llevo a la "cárcel" de la universidad. Nos interrogo y nos tuvo un buen tiempo ahí.

–¡Wolfer!– grito Lin desde el otro lado del pasillo. –Te estaré vigilando, tengo un radar– decía mientras me hacia señas con los dedos.*

–Entiendo lo... lo sé oficial, lo siento sé que es su deber y respeto su trabajo—

–Ya Korra tú que le haces caso– dijo Mako mientras me jalaba fuera de ese lugar.

–Bueno yo— empezó a sonar mi celular.

–¿Hola?– contestó.
–¿Quién eres?– era la voz de una mujer.
–¿Quién eres?– respondí con la misma pregunta.
–¿Quién eres tú?–
–¿Quién eres tú?– no daría mi identidad hasta que ella lo hiciera primero.

–Soy la chica que secuestraste y estuve en tu casa– apesare de lo que dijo su voz sonaba divertida.

–Espera, ¿Cómo conseguiste mi número?–

–Oh seguridad me lo dio con gusto... Tengo todos tus datos– canto.

–¿Entonces porque preguntas quién soy?–

–No pregunto quién eres, pregunto ¿¡Quien te crees que eres!?- alzo la voz un poco.

–Sabes yo no—

–Te veo en la galería Spike, en la sexta y cuarta– me interrumpió– a las tres–

–No– dije firme.

–¿Por qué no?– preguntó ella exigente.

–Tengo cosas que hacer– no dejaría que ella hiciera lo que quisiera.

–Está bien entonces a las siete treinta. Adiós– y colgó el teléfono.

–¿Qué?– preguntó Mako.

–Puedo asegurarte que no es linda– con una mueca de desagrado le respondí a Mako.

La galería Spike estaba completamente alejada de lo que hacía comúnmente, mi vida trataba de libros, historia, matemáticas pero nunca arte, y para ser sincero me sentía fuera de lugar, tan solo di un par de pasos y empecé a cuestionarme porque estaba aquí, me hubiese ido de no ser porque se acercó a mí, llevaba un vestido rojo entallado, un chal negro, su cabello suelto y ese hermoso color carmín en sus labios, sostenía una copa de vino en la mano, tenía que admitir que cada vez se me hacía más guapa.

–Korra Wolfer– pronunció ella en cuanto estuvo frente a mí.

–Sólo Korra– la corregí, no me gustaba que me llamaran por mi apellido me parece... impropio de mí.

–Korra– dijo ella con una pequeña sonrisa.

Le devolví la sonrisa, nuestras miradas se cruzaron, no se porque pero me empezaba a gustar la galería.

–Quiero tinto– dijo sin apartar la vista, el camarero se acercó y le entregó una copa a la ojiverde.

–Tinto para la señorita ¿Y usted?– me preguntó el camarero haciendo que rompiéramos nuestro encuentro visual.

Una chica fuera de serie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora