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Llegó tarde al entrenamiento después de una noche de tratar de dormir y no conseguirlo ya que cada vez que cerraba los ojos se encontraba con la mirada de la castaña.

-¿Que te pasó? ¿Por que no llegaste a tiempo amigo?- le preguntaba Auba mientras Marco se integraba trotando con sus compañeros.

- No podía dormir, creo que dormí menos de dos horas-.

Auba iba a seguir con su pequeño interrogatorio cuando el entrenador les grito que correrían 10 vueltas más después del entrenamiento por estar "chismeado" durante los ejercicios.



Después de las 10 vueltas y una ducha, Reus estaba listo para volver a su departamento y descansar un poco. Iba camino hacía su auto cuando fue interceptado, de nuevo, por Aubameyang.

-Bro, ya no me terminaste de contar porque no dormiste-.

-¿De verdad te interesa mucho? Es algo sin importancia, ya déjalo- dijo apartando con su brazo al moreno y siguiendo el camino hacía su auto.

-Es que quiero saber si se trata de la castaña con la que fuiste a hablar en la barra-. Marco se detuvo a medio camino, ¿acaso su amigo había visto todo?. Sintió vergüenza y enojo al mismo tiempo que el haya visto como la pequeña mujer lo mandaba a volar.

-¿Y tu como sabes eso? ¿Que acaso estabas espiándome?-.

-Lo sé porque Erik me dijo, el estuvo bailando con ella un tiempo-. A Marco se le subió toda la sangre a la cabeza y apretó los puños con tal fuerza que la agarradera de su bolso deportivo quedó marcada en la palma de su mano.

-¿Como que Erik bailó con ella? Según yo, nadie de ustedes la había visto, ¿como consiguió que ella aceptará bailar con tremendo mocoso?-.

-Oye tranquilo hermano, yo no se nada de eso, solo se que estuviste platicando con ella y cuando te fuiste Erik la sacó a bailar, es todo-.

Marco no supo que decir, se dirigió a su auto y manejo a máxima velocidad hacía su departamento, tenía muchas cosas que pensar.







Era domingo y el Borussia jugaba contra el Hertha BSC. Marco decidió llegar mas temprano de lo normal para poder platicar con Durm, ya que el siempre es uno de los primeros en los vestidores.

-¡Reus has madrugado!. Hermano, ¿que te trae tan temprano por aquí? Casi siempre eres de los últimos- dijo Erik al notar la presencia del rubio.

-¿Por que bailaste con la castaña?-. Erik dejo de sacar sus cosas y volteó con Marco con una mirada de confusión.

-¿Cual castaña bro? Había muchísimas ese día, fácil baile como con 5 y luego...-.

-No me importan tus otras conquistas Durm. Yo hablo de la castaña a la que le hable, la que estaba en la barra- le dijo Marco levantándose del banquillo, quedando solo a poco centímetros de Erik.

-No entiendo porque es tan importante para ti saber, pero bueno. Cuando bajaste, yo te seguí, pensé que ibas por una bebida, cuando me doy cuenta que estabas "conquistando" a esa chica mejor me alejé. Cuando te fuiste yo me fui a la barra de nuevo y ella llegó, platicamos y de un momento a otro ya estábamos bailando, andaba muy borracha hermano-.

Marco solo miro a Erik unos segundos y se dio la media vuelta para ir a calentar un rato, necesitaba despejarse.

- Amara-.

-¿Que?- dijo Marco regresándose a los vestidores.

-La chica castaña, la de la barra. Su nombre es Amara-.


El partido terminó con una victoria del Dortmund. Marco se sentía feliz, no pudo anotar un gol, pero la victoria de su equipo era más que suficiente.

-Bro, nos juntáremos en mi casa para celebrar la victoria, ya sabes, cena y unas retas de FIFA-.

- Sabes que si voy Mats, ahí estaré-.

Salió del estadio rumbo a su automóvil. Metió su bolso deportivo a la cajuela, subió a su auto y empezó a revisar sus redes sociales, en un punto, bajo la ventanilla para respirar un poco de aire fresco.

-¡Amara! ¡Amara, por favor amiga, no te enojes por algo tan estupido!-. Marco escucho los gritos y el nombre se le hacía familiar. Salió de su coche para ver lo que sucedía o de donde provenían los gritos. Camino unos cuantos pasos y se paralizó; misma estatura, color de cabello, misma complexión, solo que en estos momentos parecía estar enojada. Revoloteaba sus brazos en el aire y le reclamaba cosas a sus dos amigos, pero no había ninguna duda, era ella.

She m.rDonde viven las historias. Descúbrelo ahora