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El sábado fue un día muy pesado para Amara. Todavía que cargaba con un dolor de cabeza, estuvo todo el día con grupos de turistas y recitó mas de 50 veces la historia de Dortmund.


Despertó a las 8 de la mañana del domingo, quería estar todo el día en su cama viendo películas y tomando chocolate caliente.

Berit: Hey chaparrita! Tengo 3 boletos para el partido del Borussia de hoy, estaré en tu casa a las 10:30 y Callan pasará por nosotras ahí.

AmaraK: Sabes que no me gusta el fútbol, aparte, ayer tuve un día de locos en el museo estoy super cansada.

Berit: Ay vamos, no seas amargada, sirve que te despejas un rato de todo.

Sabía que no podía seguir discutiendo, al final ella ganaría de cualquier manera; aparte, se le hacía de muy mala educación no ir sabiendo que ya tienen un boleto para ella.




El estadio estaba lleno, parecía que iba a explotar. Amara se sentía tan fuera de lugar ya que, a pesar de traer abrigos o chaquetas, todos portaban algo del equipo; Berit traía puesta la camiseta con el dorsal del numero 37, Erick Durm y Callan traía el dorsal de Mats Hummels.

La castaña era la única que estaba sentada mientras que la mitad del estadio estaba de pie, gritando y coreando algunos cánticos.

-¡Levántate! No seas amargada, no ves nada desde ahí, te estás perdiendo el partido- le dijo Callan alzando una bufanda con los colores del equipo. Amara rodó los ojos y se levantó de mala gana. Ella sentía que era algo innecesario pero en el momento, el Dortmund metió un gol y todas las personas se volvieron locas tirando sus vasos con cerveza llenando a la pobre castaña del líquido frío y espumoso.

No contó las veces que fue bañada, empujada y hasta golpeada. Salió del estadio hechando chispas por todos lados; se perdió y agradeció al cielo por eso, no quería ver las caras de sus amigos.

Media hora había pasado desde que Amara se sentó en un banquillo esperando que el gentío y su mal humor se pasarán. Buscó la salida y emprendió el camino hacía la parada de autobús.

-¡Amara! ¡Amara, por favor amiga, no te enojes por algo tan estupido!-. Escuchó las suplicas de su mejor amiga a lo lejos pero sentía tanto coraje e impotencia que sus pensamientos racionales estaban bloqueados.

-¡No, no fue algo estupido Berit! En primer lugar yo no quería venir, saben que no me gusta ni me interesa el futbol. Segundo..., oigan, ¿que les pasa? ¿Que acaso no van a decir nada?-  les decía a sus amigos que no la estaban viendo a ella, mas bien, a alguien detrás de ella.

-Disculpen por interrumpir, ¿esta todo bien?-.

Berit y Callan se quedaron callados, pero su pequeña amiga castaña tenía muchas cosas que decir.

-No, nada esta bien. Gracias por tu preocupación pero este no es asunto tuyo, ahora , si nos disculpas seguiremos con nuestro problema, ya puedes retirarte- dijo Amara con una sonrisa burlona y triunfante, dejando al chico con las palabras en la boca.

Los amigos de la castaña la jalaron del brazo hacía un lugar retirado de donde se encontraba Marco Reus.

-Amara, ¿acaso no sabes quien es el?- le preguntó Callan en un susurró.

-No, no se. Me vale quien sea, no tiene porque meterse en asuntos que no son suyos. Ahora, si me disculpan, yo me largo-. La castaña dio media vuelta y siguió su camino hacía la parada de autobús.

-Hey, ¿quieres que te llevé a casa?. Esta por llover-.

-No, muchas gracias, pero no me subo en carros de extraños y menos de personas que se meten en asuntos de otros- le sonrió de una manera sarcástica y siguió su camino.

15 minutos. Amara ah estado esperando el autobús en la misma parada desde hace 15 minutos. Decidió caminar hacía otro lugar para al menos tomar un taxi pero para su "buena suerte" comenzó una ligera llovizna y el aire soplaba con un poco mas de fuerza.

Caminó unas cuantas cuadras antes de resguardarse en una pequeña tienda de artículos antiguos. Parecía niña en juguetería, todo le fascinaba y todo lo quería comprar.

-Vaya, no pensé que te gustarán las antigüedades-. Amara volteó para ver de donde provenía esa voz y era nada más que el mismo rubio "entrometido" de hace rato.

-¿Otra vez tu? ¿Que acaso me estas siguiendo? Sabes que te puedo denunciar por acoso ¿verdad?-.

Reus soltó una pequeña risa. -Si lo se, pero técnicamente ya nos habíamos conocido-. La castaña frunció el ceño esperando una respuesta del apuesto joven.
-El día del Cocaine, tu estabas en la barra tomándote unos shots, me acerqué a ti pero creo que ya andabas un poco pasada de copas, es por eso que no te acuerdas de mi-.

Amara se sonrojó de vergüenza. ¿Como un extraño ya la había visto borracha? y aparte que se acuerde de todo lo había hecho.

-Bueno como quiero empezar con el pie derecho y quiero llevarte a casa porque el clima esta horrible, me presento. Soy Marco, Marco Reus-.

-Amara, Amara Kast-.

She m.rDonde viven las historias. Descúbrelo ahora