James

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Observaba a ese hombre que estaba en la habitación, yo me encontraba algo tonta del sueño, aun no reaccionaba de la manera que tal vez el quisiese, ya que tenía mucho tiempo observándome, yendo de un lado a otro, no lo conocía, pero deseaba que parara, que ¡me hablara!, su rutina me desesperaba y mucho más si estaba tirada en una cama, atada como una loca esquizofrénica.

Me habló.

-¿Sabías que cuando duermes roncas?

Tkss, que manera de empezar una conversación, y no, no creía que roncaba.

- ¿Quién eres tú? Y ¿Por qué estás aquí?

-Soy el doctor Whatson, el que soporto tus ronquidos por mucho tiempo.

- ¿Gracias?

-Levanta ese esqueleto de allí, porque si no te portas bien terminaré haciendo algunas cosas contigo.

- ¿Cosas como que?

-No tengo problema de estrenarte antes de que salgas a enfrentarte con esos buitres

-Eres la persona más... Uffs

Retengo lo que iba a decir, ¡tengo que despertar ese instinto astuto! Analizando la situación quisiera o no, tenía que llevarme bien con ese hombre.

-Doctor Whatson, ¿podría tratarme mejor?

-Así está mucho mejor Ikap.

Se acercó a mí, metió en mi oreja un cabello que andaba por mi rostro, sus manos tan suaves tocaron mi cara, duró un tiempo presionando un beso en la frente haciéndome sentir cada línea de sus labios en mi piel y un escalofrío que subía por mi dorsal.

Desato las tiras que me tenían atada, me llevo al baño que tenía la habitación, me dio todo lo que necesitaba para una ducha.

-Te espero afuera, si necesitas ayuda llama, no me molestaré en entrar para ayudarte.

Me dio algo de gracia, solo le sonreí un poco ¿Qué más podía hacer? No tenía nada que decir al respecto.

La iris de mis ojos estaban de un turquesa, estaba calmada, serena, vi en el mesón del lava manos una cera para depilar, cremas, lociones, en fin muchas cosas para poder arreglarme, si soy sincera puedo decir que el dolor que tenía en mi cuerpo era tan persistente que no me producía ni si quiera una pisca de emoción arreglarme como una reina. Ahora lo que corría por mi mente era si aquel sujeto quería que yo me arreglara.

Entonces como si hubiera adivinado en mis pensamientos me dijo:

-Arregla tu esqueleto como bien puedas, al salir -se detuvo un momento, suspiro como si no le saliera de la mejor manera lo que iba a decir-habrá alguien esperándote para culminar.

-Perfecto.

Era increíble la respuesta que había dicho, pero sin ninguna razón obedecía a ese hombre sin chistar, creo que por fin había despertado esa "cualidad astuta" y ya era hora. Comencé por depilarme, por depilarme las piernas, eche la cera en ellas y el momento más terrible estaba llegando, pensé por ponerme un trapo en la boca por si gritaba, pero descarte esa posibilidad así que arranque la primera parte del vello. Grité

El intentó abrir la puerta al escuchar mi grito, corrí como loca a cerrarla, por suerte él no pudo abrirla lo suficiente como para verme semi-desnuda, le puse seguro a la puerta.

Suspire del alivio.

- ¿Estas bien?

-Si

Metí un trapo en mi boca después de todo no era ni fue una mala idea, pero soy tan terca, pude haber evitado el pequeño incidente que acaba de suceder, seguí haciendo la acción antes mencionada, exfolie mi piel, etc etc, me demore mucho tiempo en esto, como una hora o quizá más. Y él seguía esperándome fuera de la puerta del baño. ¿No se cansa o qué? Puedo decir que estaba realmente sorprendida por su comportamiento, sus cambios de humor y eso.

Coloque mi ropa íntima, y luego una bata de baño, quite el seguro y salí del baño.

-Te demoraste tanto y sigues igual de fea

No le dije nada porque saldría mi demonio interno, tomó mi mano, la solté de inmediato y él supo respetarlo.

-Vamos a donde Taylor Hudson, tu nuevo estilista, toma esta pastilla.

- ¿Por qué debería recibir una pastilla de ti?

-Es una diclofenac potásico y te quitara el dolor en el esqueleto, deja de ser tan paranoica.

No dije nada más y tomé la pastilla, nos subimos en una limusina conducida por un desconocido, lo cual no me preocupaba tanto como estar obedeciendo a unas ordenes de un Doctor que no conocía, creo que mi padre me había enseñado al estar pequeña que no obedeciera las ordenes de un desconocido y es lo que justo estoy haciendo, que vergüenza.

-¿Por qué estamos en el 2018?

-Porque estuviste en coma dos años

-Entonces ¿por qué no estoy tirada en una cama descansando del coma? Me duele el cuerpo pero en un coma normal no estaría tan bien como lo estoy ahora.

-Eso es porque se te fue inducido un coma distinto- trancó sus palabras como si hubiese hablado más de la cuenta- No hay más preguntas.

-Doctor Whatson, solo una última ¿Por qué necesito un estilista?

-Puedes decirme James, mientras estemos solos y necesitas un estilista porque hoy es el día de tu coronación.

¡Joder! ¡Esto si que no me lo esperaba!




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⏰ Última actualización: Jan 07, 2016 ⏰

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Ikap Sust y los cuervos hambrientos -Jahaziel Torres |#WOWAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora