Eran las seis de la mañana cuando me sonó el despertador, no me quería levantar, todavía no se quería ni despertar la luz del alba en aquella temprana hora.
Mi madre también se despertó al oír mi alarma, y no tuve más remedio que activarme y ponerme al día con la rutina mañanera . Sentía un ligero dolor de cabeza y desconocía el por qué, ya que me considero una persona sana y que duerme sus ocho horas diarias. Supuse más tarde que era por el estrés que tengo del colegio, aunque la dificultad de las materias no me suponía un gran problema, digamos que no me llevaba bien con los compañeros de mi clase y me ponía de mal humor ir al colegio.
Curso el primer año de Bachillerato y todo iba de buen rollo al principio, pero cuando convives cada día durante más de seis horas con las mismas personas, te das cuenta de lo mucho que no te convienen muchos de ellos y te amarga que se tomen confianzas contigo cuando realmente hay cero confianza. Sí amigos míos, hablo de los abusones. Gente que no es feliz en casa y se dedica a dar el mismo trato que reciben hacia los más débiles.
No es que me llame débil... simplemente, no me gusta ni ser borde, ni defenderme, ni ofender... sigo la filosofía de que todos somos seres racionales que van a bachiller para con el fin de estudiar una carrera, ya que todos sabemos que bachiller no es una educación terciaria OBLIGATORIA..., eso pensaba yo al principio, hasta que me di cuenta de que en primaria pensaba así sobre secundaria, en secundaria pensaba así sobre bachiller, y así pensaré en la universidad..., en cualquier lugar en el que esté y estaré habrán personas que siempre dan la nota.
Una de las pocas personas en las que más confío es Alberto; él siempre me ha ayudado en todo, y siempre que había un problema y todo el mundo me daba la espalda, él era el único que me animaba. Hace poco, él mismo me contó que uno de los rumores que se decían por ahí, era que yo me había besado con Antonia; una de las chicas más desagraciadas de todo el insti. Dijo que había de peores rumores, pero no me los quiso contar por "no herir mis sentimientos".
Al notar que me dolía aún más la cabeza, bajé a la cocina para pedirle a mi madre un ibuprofeno para ver si se me aliviaba un poco antes de ir al colegio. Mientras ella lo buscaba, yo me preparaba un vaso para beberlo con agua, que cuya jarra que la contenía estaba en el comedor.
Yendo a por el recipiente, justo en medio del pasillo vi una pluma de escribir en el suelo, como las que se utilizaban para escribir antiguamente antes de la aparición de los bolígrafos. La pluma era blanca y la punta de oro macizo, se podía apreciar un poco de tinta aun húmeda en ella.
La cogí dubitativo y me volví hacia la cocina con la jarra de agua en la otra mano.
Al entrar en la cocina, dejé al momento la jarra en la encimera, me eché el agua en el vaso y le pregunté a mi madre qué hacía ahí la pluma. Ella, confusa, me dijo que nunca había tenido una pluma de escribir.
Mi madre suele hacer bromas, así que me lo tomé tal cual ya que, si no era cierto, pudo haber entrado un ladrón por la noche. Dudo que mi padre, que está de viaje por trabajo, haya vuelto sin avisar por la noche y se haya marchado de nuevo por la mañana tan temprano. Así pues, le pregunté a mi madre dónde podría guardarla. Pudo haberse caído del escritorio de mi padre y conducido hasta el pasillo por el travieso de mi gato o por cualquier otro motivo.
Ella no me contestó nada, parecía ignorarme, como si estuviera cabreada sin sentido alguno, así que no quise abusar de su paciencia y sin decir más, me tomé la pastilla.
Automáticamente dejé la pluma en la mesa del escritorio de mi padre y volví a la cocina para desayunar.
Mi madre me dio cuatro galletas integrales y un arduo café con leche, normalmente se queda conmigo en la mesa hasta que termino de desayunar, pero se vio más rendida y se fue a su cuarto a seguir durmiendo. Al acabármelo me fui a la ducha y me puse la música con el altavoz , escuché tres o cuatro canciones de Queen.
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Sergio, y la Agonía
FantasyUna dimensión, un mundo. Un mundo, infinitas dimensiones. Si el número de dimensiones son indeterminadas, ¿quién podría decir que no existen otros mundos totalmente opuestos a los nuestros?; Como de un cocodrilo, a la existencia de los terroríficos...