Cuando te perdi

Si decimos adios

Nathalia estaba mirando por la ventana, tenía lágrimas en sus ojos y acariciaba su vientre pensando en las últimas palabras del médico.

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- se que es difícil recibir noticias como esta señora, pero es mi deber especificarle esta situación, usted no podrá vivir si tiene a los bebés, sus probabilidades no son favorables.

- entonces es ellos o yo,¿ no hay forma de salvarlos los tres ?

- Lamento informarle que esto no es tan fácil como usted cree

- No quiero que nadie lo sepa no quiero que le diga a nadie sobre esto.

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La decisión estaba tomada, ella tendría a sus dos pequeños bebés incluso si eso significaba dar la vida por ellos, sabía que Louis y Harry podrían cuidar de ellos y darles todo lo que pudieran necesitar, aparte estaba segura de que su plan funcionaría, Harry y Louis parecían niños,su amor seguía tan vivo como en el pasado, por Aiden y Nathan tampoco se preocupaba mucho, ambos adolescentes se casarían apenas Nathan cumpliera 19 años.

Puedes pasar dos años con una persona y no sentir nada, así como puedes pasar un día con una persona y sentir de todo, es por eso que no puedes usar el tiempo como una medida en cuestiones de amor.

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Nathalia aún no sabía muy bien como tomarían Harry y su hijo el echó de que ella moriría, el que más le preocupaba era su hijo, no pudo evitar las lágrimas que se acumularon en sus ojos  al pensar en no volverlo a ver, eso era lo que más le dolia aparte de posiblemente no poder conocer tampoco a los bebés que llevaba en su vientre,no volver los ojos verdes azulados de su pequeño hijo, los tiernos hoyuelos que aparecían cada que sonreía y su hermosa voz, también tenía miedo, mucho miedo moriría y eso era un echó, ¿ quien no tendría miedo de ello?

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Y entonces el día  llegó, no le sorprendió que Louis estuviera durmiendo con Harry y tampoco el echó de que Aiden estaba acostado junto a su hijo, tenía sus brazos rodeando su cintura y la nariz hundida en su nuca, las contracciones dolían horriblemente pero eso no evitó que ella sacara su móvil y les tomara unas cuantas fotografías para después despertarlos.

Louis estaba sentado a su lado en el auto, sujetaba su mano en jesto de apoyo y ella estaba al borde del llanto, tenía que decirles ahora.

- chicos quiero que me prometan algo antes de que entre al hospital para parir a estos dos bebés 

Harry le miró con desconfianza como si sospechara algo, y Louis, o Louis el pobre hombre estaba temblando a su lado.

- ¿ que quieres pedir ?

- Harry, si tuvieras que elegir entre salvar a los bebés o salvarme a mi, por favor deja que los bebés vivan, no te perdonare jamás si me salvas a mi y no a ellos, tu y Louis serán buenos padres para ellos, ustedes estarán juntos y los cuidaran .

- ¿sabes algo que yo no Nathalia?- preguntó Harry mirando la entrada al hospital

- tendrás que elegir y yo no quiero que me escojas por sobre de ellos, Harry son nuestros bebés, tienes que elegirlos a ellos  y amarlos tanto como yo lo aria

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Nathalia no quiso entrar a quirófano asta que su hijo y su yerno llegaran, pidió hablar con ambos, todos sabían que se estaba despidiendo.

Las lágrimas su acto de presencia en cuanto Nathalia le pidió a Aiden que cuidara de Nathan porque ella ya no estaría para el.

- mi bebé, siempre e estado orgullosa de ti Nathan, de cada una de las cosas que as echó gracias a ti tu padre y yo estamos donde estamos y no podría estar más agradecida por haberte tenido.

- mama, alto tu vas a estar bien y vas a estar sana para poder ver a los bebés y cuidaras de ellos como de mi, tú no puedes dejarme - sollozó Nathan abrazando el cuerpo de su madre que ya se encontraba sobre la camilla.

-siempre voy a vivir en tu corazón mi niño, nunca te voy a dejar ahora tienes una familia aún más grande, tienes a Aiden y a Louis, y  cuidaras de tus hermanitos Te amo bebé

Aiden sostuvo a su pequeño castaño cuando intento sujetar el cuerpo de su madre una vez más para no dejarla ir.

- es mi madre Aiden, y se despidió de mi

- amor tranquilo por favor, no me gusta verte así, mejor vamos con tu padre el tiene que saber algo.

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Unos ojos azules y el cabello corto de color chocolate, y unos ojos verdes, eso fue lo único que pudo ver Nathalia antes de que su visión se nublára, había tenido un niño y una niña, fue lo que pudo escuchar antes de que todo se pusiera negro a su alrededor.

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Los sollozos de Nathan eran audibles en la casa donde vivía, dos días habían pasado del nacimiento de sus pequeños hermanitos mellizos pero no podía esta feliz cuando su madre había muerto, ser consciente de que no volvería a escuchar las risas de su madre le dolia, dolia saber que jamás volvería a abrazarlo y decirle cuanto le quería, Aiden estaba con el, acostado en la cama a su lado con el brazo rodeando su cintura y le agradecía porque lo único que no quería era estar sólo, su padre estaba muy triste y aún cuando Louis estaba a su lado no podía evitar la tristeza cuando la mujer que le había dado tres hijos y por la cual seguía vivo había muerto.

Pero la vida es una cosa un tanto curiosa y la muerte imprevisible, no importa la edad, en realidad nada importa cuando ella llega.