Especial (3/5)
Jeonghan rápidamente pasaba entre la multitud dirigiéndose a la sala de emergencias. Vio a su padre apoyado contra una pared sacudiendo la cabeza y sollozando.
Un sentimiento de temor se apoderó de Jeonghan, imaginándose nada bueno.
“Papá”, dijo con urgencia queriendo saber que ocurría exactamente pero al mismo tiempo totalmente asustado por lo próximo que sabría “Est…”
Antes de que Jeonghan pudiera terminar su pregunta su padre habló “Tu dongsaeng se fue”
“Se… fue…” parpadeó aturdido tratando de registrar lo que su padre decía.
Con las manos temblorosas, su padre lo detuvo en un abrazo. El hombre más viejo apenas podía controlar su dolor, soltando gemidos.
“Jeongyeol…” dijo su padre con voz temblorosa “Él nos ha dejado al igual que tu mamá. Jeongyeol ya no está con nosotros. Sabía que ambos eran cercanos, tú fuiste como un padre para él cuando yo no estaba. No lo pudiste ver por última vez”
“¡No! ¡Esto no puede ser verdad!” Jeonghan levantó la voz “Yeollie estaba bien cuando me fui de la casa esta mañana, incluso desayunamos juntos ¿Cómo puede una persona estar viva y bien en la mañana y muerta en un par de horas? Eso es imposible.” Jeonghan sacudió la cabeza.
Pero el viejo señor Yoon no respondió dejando que su hijo golpeara su pecho.
Jeonghan caminó hacia la sala de emergencias, su corazón latía con doloroso miedo, podía sentir que estallaría en cualquier momento y aún más cuando entró en la habitación donde se encontraba su ahora difunto hermano.
Jeongyeol tenía una sabana blanca cubriéndole el cuerpo, dejando solo al descubierto su rostro. Jeonghan pesadamente caminó hasta estar al lado de la cama mientras miraba a su pequeño hermano.
Jeongyeol se veía tranquilo. Tenía los ojos cerrados con fuerza y una pequeña sonrisa en sus labios. Parecía haber caído en un profundo sueño, excepto por lo pálida y descolorida que se encontraba su piel.
Jeonghan se inclinó hacia su hermano y con cuidado tomó su mano izquierda. Estaba helada. Le revolvió el pelo cariñosamente, dejando libre las lágrimas que comenzaron a caer sobre el rostro sin vida de Jeongyeol.
“Yeollie, soy tu hyung. Es hora de levantarse” habló suavemente.
“¡Yah! ¡Yoon Jeongyeol!, no seas perezoso, es hora de que te despiertes. Papá está esperando por ti. ¡Despierta y vamos a casa!” levantó la voz con seriedad.
“¡Yah! ¡¿No me oyes Yoon Jeongyeol?! Despierta ¿Estas desobedeciendo a tu hyung?” Su tono era áspero y comenzó a quebrarse de nuevo.
“¡Yoon Jeongyeol, me estoy impacientando y enojando!”
Jeonghan se desmoronó, enterrando su rostro a un lado del cuerpo de Jeongyeol. “Yeollie, te lo ruego, por favor despierta, solo estás cansado por eso dormirás un rato ¿No? No estás muerto ¿verdad? Estabas bien cuando te vi esta mañana ¿Cómo puedes estar muerto? Tú no puedes morir ¿Qué pasará con Papá después de que también me vaya? Papá estará solo. Yeollie te lo ruego, por favor despierta. Por favor, despierta.”
De pronto sintió como una suave brisa llegaba hasta su cuerpo. Levantó la cabeza y vio una figura brillante de blanco.
“Jisoo, eres tú” Jeonghan rompió en una sonrisa “¿Estás aquí para ayudarme? ¿Tú podrías despertar a Yeollie?”Pero Jisoo lo ignoró. Se inclinó hacia Jeongyeol y lo tocó en el hombro, acarició sus cabellos y susurró algo cerca de su oído.
“Jisoo, Yeollie sólo está durmiendo. Por favor, ayúdame a despertarlo” pidió. “¡Yeollie, por favor despierta!” suplicó Jeonghan.