Quiet. (l.s.) [Terminada]

6(*)

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Desde que Harry le había leído, el rizado había repetido aquello, ya sea en la cafetería o en el patio de la facultad. A Louis le encantaba escuchar la voz del rizado.

Y últimamente, aquel Brad ya ni aparecía en la memoria de Louis, pues al escuchar la gruesa voz de Harry y notar cosas nuevas en él durante cada día, estaba haciendo que al ojiazul lentamente le comenzara a gustar verlo y escucharlo constantemente.

Era porque, probablemente, Harry lo comenzó a cautivar con pequeñas cosas de su forma de actuar con él.

Quizás eran cosas absurdas que nadie nota en otra persona, y es que Louis se fijaba en cómo el ojiverde sonreía cada vez que sus miradas se topaban, cuando este estaba leyendo en silencio, al igual que notaba cómo sus dulces hoyuelos perforaban sus mejillas con cautela cuando el ojiazul intentaba decir algo gracioso o cuando simplemente sus rizos caían sobre su rostro.

Louis estaba siendo cautivado con cada pequeño gesto o acción del más alto y no podía controlarlo.

—¿Por qué me miras así? —cuestionó el rizado cuando notó la mirada sumergida de Louis sobre sus ojos.

El ojiazul comenzó a reír nervioso mientras sus mejillas se tornaban carmesí. Luego tomó su móvil y texteó.

"Solo te miraba. Perdón. ): " —hizo un falso puchero que, cuando Harry quitó sus ojos del móvil, notó y elevó su mano para acariciar con su pulgar su labio inferior.

—No pidas perdón, me encanta la idea de ver tus hermosos ojos sobre mí... —Louis sintió cómo su pecho comenzaba a bombear más sangre y cómo su sonrisa tímida dejaba de lado aquel puchero que Harry tanto deseó besar.

Louis solo se quedó embobado, sonriendo y mirando los ojos de Harry, que estaban fijos en sus labios y ojos. Era como un juego de seducción que el rizado siempre había manejado a la perfección y que Louis estaba probando.

Harry quitó su mano del delicado rostro de Louis y la bajó hasta el libro que tenía el ojiazul entre los dedos, para comenzar a tomar la suave mano de Louis y moverla levemente, haciendo que este soltase un suspiro dulce y sintiera cómo su cuerpo experimentaba una pequeña adrenalina.

—Me gustan tus manos. —dijo, mirando las delgadas manos de Louis, mientras sus largos dedos las acariciaban en un compás paulatino. El ojiazul sentía cómo aquellos pequeños tactos enviaban señales a su pecho, provocando que sus labios sonrieran torpemente.— ¿No te molesta si las acaricio?

Louis negó, queriendo decirle "jamás te detengas...", pero probablemente Harry creía que estaba presionando o pasando los límites de su amistad, así que se detuvo y tomó el libro, intentando cambiar de tema y evitar momentos incómodos.

—¿Querrás que te lea? —Louis negó y tomó torpemente su móvil para comenzar a textear.

"No, este libro lo pedí hace una semana y lo traje para ir a la biblioteca de la otra calle, para devolverlo... Ya sabes." —Harry asintió sonriendo y le regaló un leve movimiento de rizos con su mano derecha.

—¿Vamos? Yo también quiero pedir algún libro... —Louis sonrió levemente y asintió delicadamente.

"¿Qué te gustaría leer?" —cuestionó el ojiazul mientras Harry se ponía de pie y lo invitaba a caminar hacia la biblioteca.

Louis lo imitó y ambos comenzaron a caminar por la facultad para salir de ella y caminar hasta la biblioteca.

—Umhm... No lo sé aún... —alzando los hombros mientras miraba el camino. Louis solo asintió, acomodó sus gafas y tomó con más fuerza su libro, que lo apegaba al pecho de forma protectora.

Harry arregló su cabello mientras caminaba al lado del ojiazul a un paso lento pero rápido. Miró de reojo al ojiazul mientras este miraba sus pies al caminar, como si estuviera pensando en algo.

—¿Qué ocurre? —susurró el rizado una vez que estaban fuera de la facultad.

Louis giró su rostro para mirarlo mientras seguían avanzando. Esta vez, el viento se apoderó de su cabello y lo despeinó, por lo que rápidamente sus delicadas manos peinaron su rebelde cabello castaño. Alzó levemente los hombros.

—¿Estás seguro? —cuestionó serio mientras Louis asentía levemente.— Vale, de todas formas puedes contar conmigo siempre. ¿Bueno?

Louis sonrió y asintió mientras volvía a mirar el camino. Se sentía contento por contar con Harry, por saber que al menos este guapo chico rizado quería su amistad, aun cuando el ojiazul comenzaba a sentir cosas por él cada vez que estaban juntos y por cada pequeño acto del ojiverde.

Cuando llegaron a la biblioteca, ambos dejaron sus credenciales de estudiantes universitarios en recepción para poder sacar los libros que desearan.

Caminaron por los pasillos, hasta que el rizado se detuvo en uno sin que el ojiazul lo notara. Louis siguió caminando, creyendo que Harry lo seguía, y cuando llegó al casi último pasillo, notó que este no estaba consigo. Alzó los hombros y caminó hasta el pasillo de "La Flora" y sacó un par de libros.

Luego de ello, caminó de vuelta, pero esta vez cerciorándose en cada uno de los pasillos para saber dónde estaba el rizado. Fue cuando llegó al pasillo "Los Sentidos" que notó al ojiverde ojeando algunos libros. No fue hasta que vio el título de la portada que sintió cómo su corazón se contrajo.

"Cómo amar a un mudo"

Louis sintió un calor recorrer su cuerpo cuando leyó aquel título, pues por un momento creyó que quizás el rizado lo tomó sin leer la portada. Pero cuando el rizado lo nota al fondo del angosto pasillo con estanterías de libros, los ojos azulados de Louis mirándolo sonrojado, es cuando su amplia sonrisa y nerviosas manos esconden el libro, mientras siente cómo sus mejillas comienzan a enrojecerse y sus hoyuelos comienzan a asomarse.

—Lo—Louis... —murmuró avergonzado mientras se tocaba la nuca, pensando en alguna excusa. Por un momento pensó en decirle que aquel libro había llegado solo a sus manos, casi por magia, pero sabía que eso era una mentira que no podía decir.

El ojiazul se aferró al par de libros que había traído mientras miraba a un avergonzado Harry caminar hacia él. Sus pasos agigantados hacían temblar las piernas de Louis, pues Harry era el chico más guapo que Louis había podido conocer.

—Yo... Estaba... —miró sonriendo avergonzado a Louis, quien solo rió levemente mientras acomodaba sus gafas.— ¿Encontraste algún libro? —Louis asintió mostrando sus dos libros, mientras este le apuntaba con sus finos labios.— ¿Yo? ¿Qué libros escogí? —Louis asintió.

—Estos... —mostró tres libros. Uno era una novela, y dos eran acerca de mudos, entre ellos "Cómo amar a un mudo", que hizo sonrojar al ojiazul.

Harry sonrió ampliamente y caminó con el más bajo hasta recepción para pedir aquellos libros. Y cuando estaban atendiendo al rizado, Louis lo miró sonriendo y pensando si existía algún libro titulado "Cómo amar a un rizado", pues si existiese, no dudaría en comprárselo.

Y es que quizás Louis comenzaba a sentir cosas incontrolables por el ojiverde.

†

Gracias por leer.

All the lovexx