CAPÍTULO 7

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Sofía llega al pueblo y fue corriendo al descampado donde quedaron.

Allí estaban todos, excepto Miguel, que era el más miedica.

Sofía llevaba en las manos el viejo tablero de ouija, incluso también llevaba un pequeño vaso, que parecía ser un vaso de un chupito.

Todos se quedaron boquiabiertos al ver ese tablero, y lo que pretendía hacer Sofía.

-Sofía: hola, ¿qué tal?

-Carmen: Sofía, ¿qué haces con eso? Dime que te lo has encontrado al lado de la basura y te lo has traído.

-Sofía: ¡no! ¿cómo puedes pensar, qué lo he cogido de la basura?

-Carmen: ¡pues conociéndote a ti!

-Sofía: venga vamos al lio.

-Uno de sus compañeros: ¿pero ¿qué vamos, a hacer con eso?

-Sofía: ¿no lo ves?, vamos a hacer una ouija.

-Algunos de sus compañeros: pues yo me voy, no puedo soportar esto.

-Sofía: pues iros a mí me da igual.

Carmen se quedó callada y de repente, empezó a darle ataques. Ella era una de esas chicas raritas, porque cuando algo no le gustaba empezaba a darle ataques.

-Sofía: ¡vamos coged a Carmen, hay que llevarla al médico!

Todos la cogieron y la llevaron al médico. No llamaron a los padres de Carmen, porque si no se pondrían histéricos y no pararían de decirnos cosas.

A Carmen le daban a menudo esos ataques, pero nunca le había dado tan fuerte como esta vez.



La casa abandonadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora