CAPÍTULO 10

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Eran las once de la noche. Sofía no les dijo nada a sus padres. Faltaba poco para que fuese media noche.

Luis le puso pilas a los relojes que había a la entrada de la casa.

El reloj marcaba las doce menos diez.

TIC... TAC, TIC... TAC.

Pasan cinco minutos y...

...DING... DONG... DING

Suena el reloj.

Sofía nunca había escuchado ese sonido a media noche. Seguro que nunca lo escuchó porque siempre está dormida a esa hora.

Se levantó de la cama y fue a la cocina a por un vaso de agua.

De repente vio el viejo tablero de ouija y el pequeño vaso de chupito.

Recordó la muerte de Carmen. Vio una pequeña sombra corriendo en el baño. Cuando Sofía dio un grito, la sombra se esfumó rápidamente.

Sofía cogió su teléfono móvil que estaba cargando. Cuando se dio cuenta el móvil no se encendía, porque le dio una sobrecarga de luz. Sofía empezó a temblar, fue a encender el ordenador y...

... tampoco se encendía. Se fue corriendo a su cuarto. Las luces no valían. Sofía vio otra sombra que se reía, parecía ser una mujer mayor, que se estaba pintando los labios. Sofía empezó a encajar las piezas del puzle. Las pinturas que había en el dormitorio de sus padres y la ropa. Salió la misma sombra que había en el baño. Eran Kan.

Sofía pegó un chillido. Sus padres se despertaron.

-Luis: Sofía ¿qué pasa?

-Sofía: papá, mamá es media noche. El niño me lo advirtió.

-María: ¿qué niño?

-Sofía: mamá, hay que llamar a alguien que entienda sobre fantasmas.



La casa abandonadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora