Capítulo 10

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Estar tanto tiempo bajo el sol me dió sed. Volteé a mi lado y ví a Luke con los ojos cerrados.

- Oye, idiota, despierta - lo empujé levemente.

- Que estoy despierto - gruñó sin abrir los ojos.

- No te vayas a dormir, ya mismo tenemos la siguiente clase. - observé mi celular, las diez y cuarentiseis.

Hice de mi cabello una coleta alta y puse mi mentón sobre mis rodillas. La brisa golpeaba mi rostro. Uno de los mejores sentimientos con las calores que han habido. Miré hacia mi derecha, el edifico era muy grande. El borde casi no se podía ver desde donde estaba. Aun así, ví una silueta parada a lo lejos. Al principio pensé que era un concerje o algo parecido con la autoridad, mas cuando me paré a observar mejor era una chica. Tenía una chaqueta de cuero y botas negras. Su cabello rubio volaba al compás del viento. Estaba en el borde del edificio, si se inclinaba un poco más caería. Comencé a caminar más rápido hacia ella, sin notar que había comenzado a caminar siquiera.

- Oye - le grité, pero no escuchó. - ¡Oye!

La chica se volteó, pero no lo suficiente para poder ver su cara. Y con un parpadeo la chica ya no estaba. No me había dado cuenta que no había bajado la velocidad hasta que Luke me aguantó por la cintura.

- ¿Qué haces, Hazel? - gruñó, debido a la fuerza que estaba haciendo por sostenerme.

- La chica, la chica se cayó. - me acerqué al borde y no vi nada. Nada.

Tragué saliva fuertemente. Abajo, solo había una camioneta blanca. Ningun rastro de una chica ni sangre.

- Estaba ahí - gruñí, me golpeé la cabeza con la mano.

Algunas veces no podía saber quien era qué. Un fantasma. Un humano. Yo solo sentía lo que los demonios querían que sintiera. Me maldije ser tan despistada.

- No hay nadie ahí, Hazel - Luke me soltó y lo ví a los ojos.

Pena. Lástima. Confusión. Me veía como una loca. No era una loca. Él no entendía.

- ¡No me mires así! - le grité al borde de las lágrimas. - ¡No me estés mirando con lástima!

- Cálmate - pidió, acercándose a mi.

Lo evité caminando alrededor de él, fui hasta mi mochila y la tomé.

- Hazel, espera. - tomó mi brazo he hizo que me volteara a verle. - No he dicho ni hecho nada. -

- Dejame - pedí.

Ver a esa chica me afectó. Me puso sentimental, depresiva casi. El hecho de que se haya suicidado me afectó a mi en el mismo nivel que a ella. Fue horrible lo que le tuvo que haber pasado.

Luke me abrazó. No dijo nada, solo rodeó sus brazos en mi. Mi rostro quedaba en su pecho, subía y bajaba, subía y bajaba. Su corazón sonaba como un tambor. Olía a grama y a su propio olor corporal y olía a calma. Lo abracé. Enteré mi cabeza en su pecho y no quería salir. No quería tener que soportar al mundo y a sus críticas. No quería tener que pelear otro demonio.

El timbre se escuchó hasta las arribas del edificio. Era hora de la siguiente clase, pero Luke no me dejó ir. Me separé lentamente de él y limpié las pocas lágrimas que tenía en mis mejillas.

- ¿Nos vamos? - pregunté caminando hasta la puerta, tratando de ser yo otra vez.

- Hazel - llamó en una voz que entendía, quería ayudarme pero no sabía cómo.

- Estoy bien, vamonos - ordené, algo inpaciente.

- No - dijo en una voz fuerte, negando levemente la cabeza, haciendo que, con ayuda de viento, su cabello se moviera en un desorden. - Quiero ayudarte. -

- ¿Cómo? No sabes ni en qué necesito ayuda- le recorde, ansiosa por terminar el tema. Poco a poco olvidé a la chica, mientras recordaba que era Hazel, no ella.

- Te puedo ayudar a quitarte el peso de encima - se acercó a mi.

Odiaba que el estuviera tan calmado cuando yo estaba aquí siendole irritante. Odiaba que no le importara cuanto desprecio le demostraba en estos momentos. El era calma y yo era un huracán.

- Después - miré al suelo. - Ya es hora de biología -

Sin mirarle a los ojos salí por la puerta, bajé las escaleras y entré a la clase de biología. Luke vino unos minutos después de mi. Todo el salón estaban mirandonos, y hoy eso me afectó. Eran estos sentimientos ajenos que afectaban mi sistema. Yo era más fuerte que ésto. La profesora comenzó su clase con la reflexión, como lo ha hecho desde que comenzaron las clases. Con ésto perdiamos unos quince minutos de clase, pero mejor, así no haciamos nada. Miré a Luke que estaba sentado a mi izquierda. Se veía perdido, estaba pensando. Cuando me vió mirandole, sonrió, mas no le llegó a sus ojos del todo.

Help, I See Dead PeopleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora