VII

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-¿Qué es lo que vas a pedir?

-Aún quiero mi beso, ¿crees que venga en el menu?

Agradecia la iluminación tenue del club, podría apostar que mis mejillas estaban rojas, un chico vestido de negro se acerco a nuestras mesas, su nombre era Joel y sería nuestro mesero, después de tomar nuestra orden lanzó el tercero en mi dirección.

El tercer giño de la noche, y no era de quién yo esperaba.

La chica sentada delante mio apreto los puños sobre la mesa forzando una sonrisa al chico.

¿estaba celosa?

-¿Estas bien?- sus facciones irradiaban enojo después de unos segundos sin contestarme me miro y después volteó con el chico quién atendía otra mesa del lado contrario del restaurante.

-Tal parece que le gustaste.

-¿A Joel?

-Sí.

-Pues a mi no me a gustado.

-¿Por que?, es guapo.

-¿Y?

-Se ve trabajador.

-Tú eres guapa y trabajadora.

-Sí, pero soy mujer.

-¿Y?

-¿Y?- pregunto tentativamente.

-No lo se, un hombre guapo y trabajador puede estar con una mujer con las mismas características.

-Oh no, los hombres no son lo mío, soy lesbiana.

Una sonrisa se aproximaba en mis labios, aquella confesión ya un poco obvia parecía haber encendido pequeños fuegos artificiales en mi interior.

-Entonces ya somos dos.- dije despues de haber pensado por unos minutos.

-¿somos dos?- dijo confusa, al parecer había olvidado nuestro tema de conversación.

-Sí, dos lesbianas.

Ella se sorprendió, jugo con el servilletero y después me miro fijamente.

-No pareces lesbiana.

-¿Tienes que parecerlo para realmente serlo?

-No, pero ya sabes, hay perfiles lesbicos y tenemos un radar y cuando no pareces lesbiana no entras en ese radar y bueno no se que estoy diciendo pero tú entiendes.

-No entiendo nada.- reí, Joel se acercaba con una bandeja hacia nosotras.

Mientras el dejaba los vasos con nuestras bebidas ella no dejaba de mirarlo, el chico obviamente incómodo no me miro de nuevo de la misma forma.

-Bueno, creo que ya le a quedado claro que me gustas.

-¿Disculpa?- tosi un poco dejando el vaso del que estaba tomando a un lado.

-Me gustas.- dijo intentando parecer tranquila pero podía notar que tenia miedo a decirlo.

-¿Exactamente porque?

-No lo se, sólo me gustas.

-¿me has visto?

-Sí, eres preciosa.

-Soy pobre.

-¿Cuándo vas a dejar de preocuparte por eso?

-Cuando pueda darte lo que mereces.

-Lo estas haciendo, estamos aquí, en una cita.

-Mereces mas que una cita.

-No hablo por eso, no es el lugar, es la compañía, no me importa a donde vaya sino con quién, creí que ya te lo había dicho.

Mi nombre es LaurenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora