The Sisters Cabello. (Camren)

2.

He dormido todo el viaje, me levante cuando estábamos aterrizando, era lindo pero ya comenzaba a extrañar a Ucrania y a mi pueblo... A Robert, debe estar destrozado.

Luego de diez minutos aterrizamos. Salí del avión con mis maletas, estaba confundida, ¿cómo mierda iba a llegar a la casa de ese señor? Estoy viendo el aeropuerto, buscando algo o alguien, no sé a quien busco...

Luego veo un cartel con mi nombre, lo tenía un señor, me acerque a él.
-¿Usted es la señorita Jauregui?- preguntó.
-Emm... Sí.
-Acompañarme.- él comenzó a caminar, no sabia si este tipo era en realidad la persona que había dicho mi papá o qué.

-Disculpe... ¿Es usted el señor Cabello?- le pregunte al señor que estaba vestido de negro y unas gafas de sol, era bajito, su cabello de color negro.

-No, no lo soy. Pero pronto lo conocerá.

-Oh, está bien.

Llegamos a donde estaba una camioneta negra, el señor me ayudó con las maletas. Duramos alrededor de quince minutos en llegar, pase el camino viendo el paisaje a través de la ventana. Estaba cansada y eso que dormí todo el viaje. Llegamos a una mansión, mi cara era un poema.

Se abrieron unas enormes rejas blancas, la camioneta paso alrededor de una fuente, muy linda por cierto. Luego llegamos a la puerta principal de aquella mansión. Toda la mansión era de un color blanco, baje del auto y ayude al señor aquel a sacar mis maletas. Él abrió la gran puerta y cuando entramos, había allí dos chicas, una de al parecer catorce o quince y la otra parecía de diecinueve. También estaba un señor y una señora, supongo que son Alejandro y Sinuhe. No estaba muy presentable que digamos, bueno a comparación de ellos, quienes vestían con ropa de marca. Sonreí, y salude a cada uno.

-Hola.- les dije.
-Hola, querida.- comenzó a hablar el señor.-soy Alejandro, y tú debes ser, Lauren.- asenti.- esta es mi esposa, Sinuhe.

-Hola, cariño.- dijo ella.

-Hola señora, Sinuhe.

-Esta es mi hija mayor, Karla.

La salude de lejos.

-Y mi hija menor, Sofia.

También la salude de lejos.

-Tengo entendido que tiene tres hijas.- le comenté.

-Sí, pero Camila salió, no tarda en llegar. Ve a acomodarte en tu nueva habitación y luego comes, y vas a mi oficina.-dijo él, yo solo le di una media sonrisa y seguí aquel señor que me había recogido en el aeropuerto. La habitación era enorme, él dejó las maletas allí y salió, dejandome sola. Comencé a desempacar y guardar cada cosa en su lugar. Me tomo como cuatro horas arreglar la habitación a mi gusto. No puse ningún poster, porque no tenía. Revise mi chatarra para ver si tenía algún mensaje y no, no lo tenía. Por fin salí de la habitación, baje y me encontré con Sofia.

-Hola, Lauren.-Dijo ella.
-Hola.
-¿Qué te parece?

-¿Me parece qué?

-La casa.

-¿La casa? Querrás decir mansión. Disculpa, una pregunta, ¿dónde está la cocina?

-Ven.- me agarro de la mano y yo me solté, ella volteó a verme y le di una media sonrisa. Entramos a una de las tantas puertas. Y allí estaba la cocina.

-Marta.-dijo Sofia.

-Digame, señorita.- salió una señora de unos cincuenta y cinco, creo.

-¿Te acuerdas que alguien venía a vivir con nosotros?-la señora asintió.- pues es ella, Marta, Lauren. Lauren, Marta.