Epílogo.

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Oigaaaaaan, ando aburrida y sin amigos, quién tenga Whatsapp y quiera hablar, puede mandarme un mensaje y eso. Loviu

Pov Lauren.

Tenemos 30 años ya, ¿cómo pasa el tiempo, ah? Estoy acostada en la cama, debatiendo conmigo misma si levantarme e ir a trabajar, aunque soy la jefa y puedo faltar. Camila es pediatra, me emociona que hable de su trabajo, porque lo hace con una pasión y sus ojos brillan cuando habla de ello.

-Mamá.-siento un bulto encima mío. Es nuestra hija, tiene 4 años. A veces es muy inquieta. Se sentó encima mío. Yo solo me reí.

-¿Qué pasa?-Le preguntó a mi hija.-¿y tú mami?

-Oh, está abajo. Llegaron los abuelos.

-¿Abuelo Alejandro?-Ella asintió. Joder, yo aún le seguía teniendo miedo a ese viejo loco.-dile que me morí.-le dije de broma.

-¿Tan grande y con bromas, Jauregui?

-Amor, pero tú papá me da miedo. Además, ¿ese viejo loco qué hace aquí?

-Respeta, te estás haciendo cargo de su empresa.

-Porque el viejo ya no puede, además también estoy haciendo la mía. Ven y dale un beso a tu esposa.-le dije, Carolina rió, así se llama nuestra pequeña hija. Tiene el cabello de Camila y sus ojos, pero tiene mi actitud. Lo cual me causa gracia.

Camila se acercó a mí y me dió un beso. Un casto beso. Proteste.

-Deja la cama y ven a saludar a mis padres, vendrán Karla y Sofía.

-¿Qué harán esas locas aquí?, Además es viernes, ¿no tienes que trabajar?

-Tengo el día libre. Y Carolina tampoco irá a la escuela.

-Yo me iré a trabajar.

-No irás.-sentenció ella.-eres la jefa y por un día que faltes no hará daño. Es más, dame tu celular y llamaré a Cecilia.

Le entregué mi celular.

-Gobernada.-susurro Camila. Carolina se rió y yo solo la fulmine con la mirada. Me levanté y me dirigí al baño, me aliste y baje. Allí estaban los Cabello. Karla ha tenido dos niños, Juan y Miguel, nombres latinos. Ambos tienen 7 años ya que son gemelos. Sofía está embarazada, pero el tipo que la embarazó la abandonó y en estos momentos se encuentra sola (me ofrezco para criarte el chamaco, mija) y los señores Cabello estaban más viejos. Alejandro y Sinuhe siguen felices, aunque no le caigo bien a Alejandro aún.

-Tía Lauren.-vinieron corriendo a abrazarme los hijos de Karla, menos mal no estaba su marido, ya que él buscaba cualquier pretexto para golpearme pero según él era "jugando" pero yo sé que Karla le dijo lo que pasó cuando estábamos más jóvenes. Adivinen quién es el esposo, si, señoras y señores, Liam. Así que por eso me molesta.

-¿Y su padre?-Le pregunté a los niños.

-Oh, en un momento viene.

-¡Lauren!-Vino corriendo a saludarme Karla, quién ya estaba también vieja. Me reí. Me abrazo fuerte y entró Liam, el destino, muchachos.

-¿Cómo estás, Karla?-Le saludé un poco incómoda por la mirada de Liam. Él se acercó a mí y me dió un zape en la cabeza. Esa era su manera de saludarme.

-Jauregui, ¿cómo te va?-Preguntó dándome un abrazo demasiado fuerte. Casi sentía que se me estaban rompiendo las costillas.

-Bien.-dije con dificultad.

-Liam, suéltala.-le reprendió Sofía. Él me soltó y me dirigí a saludarla. Su panza parece que en cualquier momento va a estallar. La abrace pero me aparte enseguida. No me gustaba abrazar a embarazadas. Cuando Camila estaba embarazada rara vez la abrazaba y eso hacía que ella se sintiera mal porque pensaba que yo no quería a la bebé, así que me tocaba abrazarla con más frecuencia aunque no me gustará. Y por último me dirigí a mis suegros.

-Sinuhe, ¿cómo estás? Te ves grandiosa.-le di un abrazo y un beso en la mejilla.

-Ay, me sonrojas, Lauren. No has cambiado, muchacha.-le di una sonrisa.

-Alejandro, te estás poniendo más viejo.-le dije y me eche a reír. Los demás también lo hicieron.

-Camila, aún no entiendo cómo te casaste con esta muchacha insolente.

-Ay, papá, no vayas a comenzar. No ibas a aceptar que estuviera con alguien más aparte de Lauren.

-Si hubiera aceptado a cualquiera menos a esta chica.

-Ay, suegrito, me hiere.

-Mamá.-me llamó mi hija. Puse mi mirada sobre ella y la cargué.

-Dime, mi amor.

-Los primos y yo queremos ir al parque, vamos un rato.

-Bueno. Karla, me llevo a tus hijos por un rato.

-Bueno.

-Te acompañó.-me dijo Alejandro. Todos lo miramos sorprendidos

Salimos al parque que estaba cerca de nuestra casa. En el camino Alejandro llevaba a Carolina mientras yo tenía a los gemelos.

-Lauren.

-Dígame.

-Sé que no he sido el mejor suegro y han pasado bastantes años, pero te doy gracias por hacer a mi hija feliz.

-No es problema, mientras ella esté feliz yo también.

-Lo sé, también quería decirte que lo que dijo Camila es cierto. No iba a aceptar a alguien más que a ti para que estuviera con ella.

-¿Por qué?

-Porque se nota que la amas y en ese tiempo también, aunque no te perdono que te hayas acostado con las tres. Dios.

-Suegrito, ya superé eso.

Nos reímos.

[...]

Ya todos se habían ido, Camila y yo nos encontramos en nuestra cama mientras Carolina está en la suya.

-Tu papá me dió las gracias por hacerte feliz.

-Siempre fue la consentida.

-Lo sé, mi felicidad es la tuya, lo sabes ¿verdad?

Ella asintió.

-Te amo, Camz y siempre lo haré.

-Te amo más, Lolo.

-Yo también me amo.-le dije. En eso sentimos que entra alguien y es Carolina con su peluche en una mano.

-Mamá, mami, ¿puedo dormir con ustedes?

-Siempre, mi amor.-le dijo Camila.

Carolina se acostó con nosotras. Le di un beso en los labios a Camila y Carolina rió, también le di uno a ella pero en la nariz y comencé a hacerle cosquillas.

Amaba a Camila y estaría con ella en esta vida y en la otra.

Fin. De nuevo jajaja.

Bueno, chicuelos, lo prometido es deuda. Aquí está el epílogo, espero que les haya gustado, comencé está historia como broma y pensaba que casi nadie lo leería. Pero veo que sí lo leyeron jaja. Gracias a todos, los amo.

Viva Colombia, carajo :V.
Xx--xx.

The Sisters Cabello. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora