Capítulo 4

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Todos bailaban pegados, restregandose el uno al otro. El alcohol circulaba por sus cuerpos, o al menos del de la mayoría de los presentes y les hacía mostrarse más "exóticos".
Dudé varias veces en si coger o no uno de esos vasos de plástico rojos que tanto llamaban mi atención, pero tenía miedo a que se me fuese de las manos y acabase mal. Muy a duras penas, rechacé la idea de los posibles inconvenientes de beber y cogí un vaso.
Miré unos segundos el interior de este, en el cual, un líquido marrón anaranjado llenaba el recipiente hasta un poco más de la mitad.
Sin pensarlo dos veces me lo llevé a la boca y dejé pasar todo el contenido a mi garganta, dándome una horrible sensación de ardor. Carraspeé intentado quitar el malestar por la bebida y repetí el acto con un nuevo vaso, este con un líquido transparente, que, a simple vista parecía agua, pero el olor, dejaba claro que no lo era. Empecé a notar los efectos del alcohol, que, al no tener experiencia con este, me subió bastante más rápido de lo que esperaba.
De repente, mi cerebro empezó a funcionar de otra forma, mis ideas y mi forma de ver al resto cambió. Todo era más alegre y divertido, la gente se movía más rápido que antes, y todo daba vueltas.
Sin saber muy bien lo que hacía, empecé a mover las caderas al ritmo de la música, intentando bailar como lo hacían las chicas que estaban a mi al rededor. Los invitados más cercanos a mi, empezaban a mirarme y a hablar entre ellos, algunos sonriendo y otros incluso riéndose. Pero no me importaba, yo seguía a lo mio.
Apenas minutos más tarde—o al menos eso me pareció—alguien se me pegó, uniéndose a mi baile.
Levanté la vista para poder ver quien era el, o la que se movía al ritmo de la música tan cerca de mi, y pude ver a un chico de unos veinte años de edad, aproximadamente, de pelo rubio notablemente teñido, pelado a los lados y por arriba, casi tan largo como para taparle los ojos. Tenía los ojos marrones acaramelados, eran bastante bonitos en mi opinión, aunque en mi situación, todo me parecía bonito gracias al alcohol.
-Hey, tú- dije tartamudeando un poco y balanceándome intentando no caerme.
Él me miró sonriente, pero se notaba que no había bebido, al menos, no tanto como para estar borracho.
-¿Có..cómo te llamas guapo?
Alargué la "u" a causa del mareo, cosa que me causó gracia y empecé a reirme.
-Jake, Jake Hudson, y tú, ¿cual es tu nombre?
Me acerqué a su oido y, como si fuese el mayor de mis secretos, le canturreé mi nombre sílaba por sílaba.
Si mi madre me viese, que en paz descanse, no estaría para nada orgullosa de mí, pese a que su caracter no era del tipo de madre exigente que te riñe y menosprecia, más bien, sólo me habría mirado con tristeza y desaprobación en la mirada, lamentándose por dentro de lo mal que había hecho algo su única hija.
-Me gusta tu nombre, es bonito.
-Gracias, gracias. Muchas gracias bello caballero. ¡Leñe!¡Si rima y todo!
Y después de sorprenderme a mi misma, largué a reirme todo lo que pude, dejando al rubio con cierta diversión en la mirada, aunque parecía más disgustado. Pero en fin, iba borracha ¿A quién le importaba lo que pensase de mi? Porque en mi caso, me daba exactamente igual.
-Ven.-dijo antes de agarrarme de la mano y tirar de mi.
-¡¡Socorro!!¡¡Socorro!! ¡Un rubio, qué no está nada mal por cierto-dije mirandole seductora de arriba a abajo, mordiéndome el labio- me intenta secuestrar! Yo dejo que me hagas lo que quieras nene, a los tíos como tú se les permite cualquier cosa, pero "Shhhh" que si no, esta gente va a creer que es un secuestro y que tú eres mi violador.
Él seguía arrastrandome entre la gente, mientras estos miraban espectantes el escándalo que mi yo no consciente y borracha estaba montando. Algunos reían, otros me ignoraban, pero la mayoría apuntaba con la cámara de sus moviles hacia mi, lo que me causaba más gracia aún.
-Eh tú, si tú -señalé a una chica- ¿Me estás grabando? ¡¡Hola mamá!! ¡¡¡Te quiero mucho, vuelve pronto a casa!!! Aiba, si mi mamá murió.
Me tapé la boca con la mano que tenía libre y empecé a reirme, hasta que el hipo se apoderó de mi voz.
Todos me miraron raro, como si por decir que mi madre había muerto riéndome les hubiese sorprendido. ¿Qué querían? Iba borracha. Ni yo sabía lo que decía.

Una vez fuera de la casa, el chico con el que había bailado apenas unos minutos antes se giró a mirarme con preocupación en la mirada.
-Te he visto algún día por el instituto. Siempre estás sola, con ka vista en el suelo como si algo interesante te tuviese absorta mirando hacia él.
La borrachera no impidió que esas palabras me impactaran. ¿me había estado viendo?
-Y.. ¡Hip! ¿Y por qué nunca te acercaste a hablarme si tanto te preocu.. ¡Hip! "Preocupaba"?
-No voy a tu instituto, no puedo entrar al recinto. Te suelo ver porque voy a saludar a unos amigos que si que van a él, pero son ellos quienes salen.
-Vaya... ¡Hip!

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