Especial Año Nuevo -primer día del año

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-o- 1 Enero -o-

Afuera el frio era grande pues eran alrededor de las cuatro de la mañana, unas pocas nubes se distinguían con la escasa luz de luna que aún quedaba.

De pronto en una lujosa habitación de una cabaña a la afueras de Domino, un pequeño tricolor abre sus preciosas orbes amatistas muy tempranamente, bostezo y se movió un poco observando su alrededor, lo primero que vio fue a su querida oscuridad recostado a su lado sosteniendo su mano, lo miro con una sonrisa antes de moverse lenta y suavemente para salir de la cama, no queriendo despertarlo.

Logrando su objetivo Yugi camino hacia la ventana del cuarto moviendo un poco las cortinas para ver el hermoso paisaje de fuera. El cielo tenía un hermoso tono de azul y aun se veían las estrellas brillar. Yugi miro todo aquel panorama con una hermosa sonrisa pero de un momento a otros un recuerdo atravesó su mente tan rápido como un relámpago, apagando su bella sonrisa y entristeciendo sus ojos.

─ ¿Yugi? ─pregunto Ryou frotándose un ojo medio levantado de su cama, durante la noche él y Bakura se había movido, terminando ambos de perfil. El joven albino se levantó suavemente para no despertar a su yami.

─ ¿ocurre algo? ─consulto ahora Malik bajándose del pecho de Marik viendo a Yugi con preocupación.

─Etto... perdón si los desperté ─se disculpó.

─Eso no importa ¿te pasa algo? ─dijo Ryou yendo junto a Yugi poniéndole las manos en los hombros desde atrás.

─Estoy bien, solo me desperté de pronto ─dijo el tricolor, pero había algo en su tono de voz que no terminaba de convencer a sus amigos. En ese momento Yami despertó, pero los tres chicos no se percataron de eso.

─ ¿Hay algo que quieras decirnos? ─pregunto Ryou con cariño y comprensión. Yami agudizo el oído para escucharlos.

Yugi los miro unos segundos, paso saliva y se concientizo a si mismo de que ya iba siendo hora de sacar algunas cosas de su pecho y ¿Quién mejor, aparte de Yami, que sus mejores amigos para escucharlo? Yugi asintió, cerro la cortina para no despertar a los yamis con la luz y movió el otro lado de la misma para que la poca luz llegara al sofá que estaba frente a las camas. Los tres fueron a sentarse allí.

Aprovechando la falta de luz, Yami se movió entre las sabanas para acabar en al otro lado de la cama y poder escuchar mejor sin ser descubierto. Bakura y Marik despertaron entonces, cuando los tres hikaris se habían sentado, dejando a Yugi en medio, el tricolor menor recogió sus piernas sobre el cojín del mueble y las rodeo con sus brazos bajando la mirada. Ambos yamis vieron al faraón en aquella posición y, llevados por la curiosidad hicieron lo mismo.

─ ¿recuerdan que hace algún tiempo... me habían preguntado el por qué no me tenía una buena relación con mi tía? ─inicio el tricolor en voz baja, pero era lo suficiente para que todos lo oyeran.

─si, nos dijiste que ella te culpaba de algo, pero no quisiste hablar más de eso ─respondió Ryou con cautela.

Yugi asintió ─se los contaré... todo.

Ryou y Malik se miraron a los ojos sabiendo lo serio que podría llegar a ser aquello, Ryou se movió un poco pasando un brazo sobre los hombros de Yugi ─escucharemos todo lo que quieras decirnos amigo.

Yugi asintió antes de empezar su relato ─ Akari one-san, Kurumi y yo nacimos en Domino y vivimos aquí unos años ─comenzó tal como cuando le contó a Yami ─nos mudamos cuando yo tenía cinco años... luego de la muerte de mis padres ─Ryou apretó el agarre sobre Yugi.

La Cuenta Regresiva, La Vida sin EllosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora