La Cuenta Regresiva, La Vida sin Ellos

Confesiones

Aquí traigo la primera secuela de "No es un adiós, sino un hasta pronto"
Esta será uno de los trabajos más grandes de mi carrera de escritora, la verdad estoy muy nerviosa, espero que les guste.

Bueno. Yugi, Ryou y Malik empezarán una nueva vida, ahora todos juntos en Domino, empezarán las clases, llevaran una vida normal como estudiantes, el único problema con eso es que ellos no son chicos normales, son hikaris y sin sus yamis no está completa su vida. Tendrán que superar muchos sentimientos antes de tomar su decisión. Tendrán que aprender a vivir sin ellos. Será una prueba para sus almas. ¿Serán capaces de superarla?

Yugi-oh! No me pertenece, si fuera así esto lo estrían viendo como capítulos en televisión xD

En el capítulo anterior

Volviendo su vista al cielo una última vez antes de regresar a la cama dirige una plegaria al cielo.

─Gracias, por dejarme verlo una vez más─

Sin que se diera cuenta una estrella fugaz cruzo el cielo en un haz de luz dorado y desapareció en el firmamento.

Al día siguiente

Los rayos de sol se colaban por las ventanas de la ciudad avisando así de que se venía un nuevo día por delante, un día menos de vacaciones para los estudiantes, cosa no muy grata para la gran mayoría, pero por ahora estos cálidos rayos daban empezaban a despertar a dos jóvenes en particular, uno con cabello tan blanco como la nieve y otro de ojos amatistas, su merecido sueño luego de una experiencia bastante peculiar era interrumpido por el astro rey.

Yugi y Ryou, cada quien en su casa, se levantaron pesadamente de sus lechos, frotaron sus ojos y se estiraron para apartar la pereza de despertarse, lo primero que vino a sus mentes fueron las resientes experiencias del día anterior, todas las emociones que les provocaron, la imagen de su yami fresca en sus memorias e inmediatamente sintieron la necesidad de contárselo a Malik y al otro (N/A: Ósea Ryou a Yugi y viceversa), se fijaron en la hora, demasiado temprano, pensaron, no quiero preocuparlos.

Desayunaron en relativa calma, Yugi con su abuelo, Ryou solo, un día común y corriente.

Yugi y Ryou se encargaron de asear sus respectivos hogares y hacer cualquier cosa para distraer sus mentes de los hechos del día anterior pero alrededor de las 3 de la tarde no tenían más nada que hacer por lo que decidieron llamar a sus amigos para reunirse en el parque a conversar. Yugi fue más rápido y cito a ambos en un amplio parque que esta intermedio de sus casas, Ryou se sorprendió ante la seriedad que su amigo exteriorizaba en su voz y salió rápidamente de su casa con dirección en al parque central, fue el primero en llegar y se sentó a esperar a los otros dos en una banca cercana a la entrada, a los pocos minutos, primero Yugi y luego Malik llegaron al lugar, se saludaron amistosamente como siempre con un breve abrazo y guiados por el menor se dirigieron a una zona donde los arboles eran más espesos adentrándose en un claro oculto que estaba deshabitado, amueblado con tres bancas blancas repartidas en la zona, una de ellas se hallaba bajo un alto y frondoso roble cuyas hojas empezaban a tomar tonos rojos y amarillentos demostrando así que el otoño se venía encima, a unos metros del árbol un mediano lago refrescaba el ambiente y tenía unas cuantas aves en él y, rodeado por diversas clases de flores se veían muchas mariposas y varios colibríes llenando de color el sitio, Malik y Ryou se mostraron encantados con la vista. Yugi sonrió nostálgico y soltó un leve suspiro.

─Es un lugar precioso Yugi ─ hablo en egipcio

─Si, jamás había visto esta zona.

Los tres se encaminaron a la banca que había debajo del roble para sentarse.