24 - ¿Cómo?

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"¿Cómo?"

-¡Sergio, Gonzalo! -los llame desde la planta baja- ¡Llegamos tarde!

El fin de semana se acabo y el lunes llego, nuevamente hay que ir a la preparatoria. Gracias a dios, este era nuestro último año, no sé qué haría si me faltara otro más.
Vi a Gonzalo bajar moviendo su cabello para acomodarlo ¡Mierda era más sexy que Robert Pattinson en Amanecer Parte II! Sergio bajo tras él, poniéndose la gorra del equipo de Futbol del colegio, definitivamente los hermanos Gravano, eran los más ardientes de la preparatoria entera.

-Nicole está intentando tirar un polvo conmigo otra vez -comento riendo Sergio.

Nicole, la rubia hueca de la preparatoria. Y vaya, de seguro quería tirar un polvo con alguno de los gemelos, y quien más aparte de Sergio, es una interesada, ya que el está en el equipo de fútbol.

-Es una puta, tendría que estudiar maneras de prostituirse enserio -comente tomando una tostada, sentí la risa de los chicos.

-Vayan ya que llegan tarde -exclamo mi madre apareciendo por la puerta de la cocina. Asentimos tomando nuestras mochilas y llaves de la casa.

Salimos y nos subimos al auto de Sergio, el de Gonzalo estaba sin gasolina, se recibiría un buen regaño de papá por no haber cargado antes.

Me senté en la parte trasera del auto, y saque mi Ipad poniendo música, no quería escuchar los puntajes del torneo de futbol y baloncesto del colegio, era aburrido.
Quince minutos después llegamos a la preparatoria. Baje, despidiéndome de los chicos, y camine hacia mi primera clase, arte. Me gustaba, amaba dibujar, pero, si hacían enojar al profesor, nos ponían teorías de más de veinte hojas enteras.

{...}

-¡Ya vámonos! -le reproche a Sergio, quien charlaba entretenidamente con los chicos del equipo de Futbol, quería volver a casa. Gonzalo aun no salía de su clase, de seguro recibió algún castado.

Pasaron diez minutos, y Gonzalo salió por la puerta de la preparatoria, le sonreí y se sentó a mi lado, Sergio, ahora, hablaba con las porristas. Suspire cansada y apoye mi cabeza en el hombro de Gonzalo, ya van treinta minutos desde que el salió y aun no nos vamos.

-¡Sergio! -grite cansada. Saludo a las plásticas de las porristas y camino hacia el auto, nos subimos y partimos a casa.

-Chicos, tenemos que decirles algo -dijo mamá sacándose el delantal de cocina.

-Si, claro -sonreí y me senté en la mesa.

Mamá sirvió la comida, y esperamos que papá se sentara, para luego empezar a hablar.

-¿Cómo? -preguntamos Gonzalo y yo con la boca abierta.

-Nos llevaremos a los pequeños pero ustedes se quedaran aquí -contesto papá.

-¿Pero cuanto tiempo? -pregunto Sergio.

-Dos meses.

-¿A Japón? -pregunte boquiabierta y asintieron.

Guau, dos meses solos, Sergio, Gonzalo y yo ¡Genial!

Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora