03 - No puedo dormir

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"Gonza, no puedo dormir"

-¿Y qué haces despierto a esta hora?-pregunte terminando de limpiar lo que había hecho.

-Recién llego-contesto y yo lo mire incrédula-estaba con amigos-rio.

-Está bien fingiré que te creo-reí-¿Cómo has estado?-pregunte sentándome en una banqueta a su lado.

-Pues-se cayó un minuto-fue difícil esto, y bueno, sacando lo que paso, genial-sonrió.

-¿Cómo va todo?-pregunte-me refiero a esto de llevar una familia.

-No es fácil, tengo dieciocho años. He pasado noches en la oficina de papá intentando entender algo de esto-rio nostálgico.

-¿Y Sergio?

-¿El? -rio sarcástico- nunca tuvimos una buena relación, el se ocupa de tener buenas notas, no de mis hermanos, o de la familia.

-Lo siento.

-No tienes por qué sentirlo -me abrazo.

-Gonzalo-dijo una pequeña vos, pero Gonza al parecer no la escucho- Gonza, no puedo dormir -dijo y él se despego del abrazo, la logre ver, era Uma, estaba más grande que nunca.

-Oh -se limito a decir y me miro como diciendo "ayúdame, no sé qué hacer", lo mire y reí.

-Ven cariño -la cargue y ella me abrazo.

-¡Flor! -dijo emocionada.

La lleve a su pequeña cama y la acosté allí, tenía una habitación realmente hermosa, rosado pálido en las paredes, con muñecas hermosísimas, mesitas para colorear, hadas colgando del techo, una lámpara gigante y cortinas celestes pastel. Le leí un cuento, que creo que la tranquilizo bastante y luego surgió una pregunta algo inesperado.

-Flor -dijo su pequeña vocecita.

-Dime -le sonreí.

-¿Por qué mamá nunca está aquí?-pregunto inocente y el corazón se me estrujo de solo escucharla.

-Mira pequeña -la senté en mi falda-¿Ves esto, lo sientes?-puse su mano en el pecho.

-Si.

-Ella está allí -sonreí con los ojos aguados-y allí- señale el cielo por la ventana-cuidándonos.

-De seguro nos debe cuidar muy bien -sonrió y se metió en su camita.

-Así es -susurre- descansa -dije besando su frente y Salí de la habitación.

-Gracias -murmuro Gonzalo desde su puerta.

-¿Por? -pregunte mirándolo.

-Me ayudas bastante -sonrió acercándose a mi- gracias -dijo con los ojos aguados y me abrazo, allí sentí una lágrima mojar mi remera.

-Ya no llores -lo abrace más fuerte y el solo sollozaba, en ese momento mi corazón se partió en mil pedazos.

Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora