Bostecé audiblemente, me había quedado dormida.
No encontré a Niall a mi lado, así que me levanté de la cama y fui a buscarle.
Estaba en la cocina, comiendo, que raro en él.
-Buenos días, princesa.-saludó.
-Buenos días, amor.-dije mientras besaba sus labios. Sabían a chocolate. Los mordisquee un tanto.
-¿Quieres que te prepare algo?
-No hace falta que te molestes.-dije entre dientes.
-Te haré unas tortitas.-sonrió y se dió la vuelta para empezar a cocinar.
Cuando terminó de hacer las tortitas las colocó en un plato y hechó bastante sirope de fresa en ellas.
-Gracias.-comencé a comer. Devoré las tortitas en menos tiempo del que creía.
-Pues sí que tenías hambre.-se rió y apartó el plato para colocarlo dentro del fregadero.
-Es porque estoy embarazada.-dije mirando mi abdomen. Cada día se hacía un poquito más grande.
-¿Te apetece algo más?
-Sólo una taza de chocolate caliente.-suspiré apoyando los codos sobre la mesa.
Niall me guiñó un ojo y preparó el chocolate. Le puso nata montada y una nube sobre la nata.
-Quieres engordarme más de lo que estoy ya.-me reí y tomé un sorbo de chocolate.
-No seas tonta.-se sentó a mi lado y apoyó su cabeza en mi hombro.
-¿Quieres?-pregunté acercándole la taza de chocolate.
Niall asintió y bebió un poco.
-Soy un excelente cocinero.-se alagó entre risas. Sus ojos color zafiro brillaban.
-Te equivocas, yo soy mejor.
-Sólo porque te dejo serlo. Es bueno dejar ganar a la chica.
-Idiota.-susurré con cariño.-Yo soy la que suele dejarte ganar.
Niall soltó una fuerte carcajada y me abrazó.
-Que tontita eres.-besó mi mejilla.
Puse los ojos en blanco y me terminé el chocolate dando pequeños sorbos.
Niall había subido a la habitación mientras yo me quedé en la cocina para fregar los platos. No eran muchos así que terminé rápido.
Al llegar a la habitación no encontré a Niall.
-¿Estás jugando al escondite?-pregunté elevando la voz para que me escuchase.
La puerta del baño se abrió y Niall asomó la cabeza.
-Entra.
Hice lo que me pedía y cuando miré la bañera estaba hasta arriba de espuma, & sobre la espuma habían docenas de pétalos de rosa. Eso me hizo acordarme de cómo había preparado el chocolate.
-Oh Niall...
Él se quitó la ropa y se metió en la bañera. Me miró, esperando a que me desvistiera.
-No si me miras de esa manera. Cierra los ojos.
-Pero si ya te he visto desnuda antes.-reprochó.
-Cierra los ojos.-repetí alzando las cejas.
-Vaaalee.
Cuando cerró los ojos me desnudé lo más rápido que pude.
Antes de que pudiera entrar en la bañera Niall abrió los ojos.
-¡Niall!-grité tapándome con una toalla.
Niall se rió con fuerza.
-Anda entra.
Dejé caer la toalla al suelo y entré. Me senté en el lado opuesto en el que se encontraba Niall.
Él se acercó y me rodeó con los brazos. Dió pequeños besos en mi cuello y clavícula, subiendo hasta mis labios.
-Niall...-susurré. Él paró con los besos y me miró a los ojos.-Te amo.
-Yo también a ti, princesa.
Cerré los ojos y apoyé la cabeza en su pecho. Él acarició mi espalda, haciendome temblar.
Sin abrir los ojos fui besando su pecho lentamente, Niall dió un brinco, le había hecho cosquillas.
Saqué la lengua, divertida, sabía que iba a reaccionar así.
-Eres mala.-dijo sin sonreir. Yo me reí con fuerza y le agarré de las mejillas para besarle.-Pero te amo.
-Yo también te amo, Niall.-sonreí y acaricié su mejilla, su piel estaba muy suave, como la de un bebé. Niall era mi bebé, mi pequeño. Era lo mejor que me había pasado en la vida, aparte del bebé que tenía en mis entrañas.
Le miré a los ojos, esos penetrantes ojos azules de los que me había enamorado hacia ya mucho tiempo, en los que me perdía continuamente. Quería continuar viéndolos todos los días de mi vida.
-Tessa.-me llamó, haciéndome volver a la realidad.
-¿Qué?
Me agarró de la mano y me acercó más a él, algo que creía imposible, pero pudo hacerlo.
-¿De verdad me quieres?-preguntó con vergüenza. La pregunta me pilló por sorpresa.
-¿Cómo no voy a quererte? Lo hago desde el primer día que te vi. Es más, no sólo te quiero, te adoro, te amo, eres increíble Niall. Eres un ángel que llegó a mi vida para iluminarla. No vuelas a preguntar tal cosa, porque ya sabrás la respuesta que te daré.
Niall me besó, dejándome sin aliento. Sus labios encajaban con los míos.
