Narra Rubén
Tras admitir que realmente estaba enfermo, comencé a abrumarme. No quería seguir así, no podía; sabía que no era bueno para nadie ni si quiera para mí mismo.
Los chicos me miraban, yo agaché la mirada había pegado a Guille por mucho que se lo mereciera, por todo lo que había hecho, me había dejado llevar demasiado.
-Tengo que hacer algo.- dije
Todose se volvieron para mirarme, Samuel se separó de mí y me miró confundido
-¿Algo de qué?.-preguntó
-Algo con esto, con lo que me está pasando.
-Rubén, estamos contigo.- dijo
-Tiene razón, somos tus amigos.- añadió Alex
-Te apoyamos.- completó Frank
-¿En qué piensas?.-preguntó Mangel
-Creo que debo... .-sentí mi voz quebrarse.- Entrar... en... una clínica...
-Ni lo pienses, no te dejaré.- dijo Samuel
Sentí sus brazos de nuevo rodeándome, y a la vez mis ojos volvían a cristalizarse, las lágrimas corrían de nuevo por mis mejillas.
Los demás se unieron al abrazo también, tras un rato así nos separamos.
-Sería lo mejor.- dije
-No, no sería lo mejor para nadie.- sentenció Samuel
-Pero... mira lo que le he hecho a Guille.- dije
-Rubius, no importa de verdad.- dijo Guille
-Sí, importa. Demuestra que no puedo controlarme
-Rubén... .-susurró Samuel
-Iros, salir de mi habitación. Tengo que pensar.- dije borde
Narra Samuel
Salimos todos de su habitación, nos miramos preocupados. Ninguno dijimos nada, pero no hacía falta todos sabíamos perfectamente lo que pensábamos.
Estuvimos un tiempo así, callados ninguno decíamos nada. Noté como me miraba Guille, cruzaban sus miradas pero no soltaban palabra.
Yo agaché la mirada, no sabía que decir aunque todos sabían lo que pensaba.
Me preguntaba que se le había pasado por la cabeza a Rubén, en qué estaría pensando ahora mismo.
Tras un rato, los chicos decidieron irse, les acompañé hasta la puerta. Al volver, pasé por la habitación de Rubén.
Cuidadosamente, me acerqué hasta su puerta y apoyé mi oído sobre ella para ver si oía algo.
De ella no salía ningún ruido, cualquiera hubiese dicho que en esa habitación no había nadie.
Yo sabía que él estaba ahí, quería preguntarle que pensaba hacer pero no obtendría respuesta.
Así que me senté sobre la puerta, apoyé mi cabeza sobre la fría madera y miré al techo.
-Rubén, se qué estas ahí.- empecé a hablar.- Sé que ahora mismo estás como yo, apoyado sobre la puerta con la cabeza gacha mirando al suelo y preguntándote que estoy haciendo.- dije
Era como si le viese, en la misma posición que yo, solo que al otro lado de la puerta.
-Rubén, no lo hagas... .-supliqué .- No te separes de mí, juntos podemos superarlo. Juntos podemos hacerlo, lo sé
-No quiero hacerte daño.- dijo
-No lo haces... nunca lo has hecho.- dije
-Pero alomejor lo hago.- dijo
-Eso no pasará
-No quiero correr el riesgo
-Rubén no lo hagas por favor. Si me quieres no lo hagas, no te alejes de mi lado.- mi voz se quebraba
-Me hiciste hacerte una promesa una vez, ahora es mi turno.- dije mientras mis lágrimas brotaban.- Prométeme que no te irás de mi lado
-No podemos estar juntos siempre
-Pero no para irte a una maldita clínica.- susurré
No respondió y supe que no volvería a hacerlo, por mucho que le dijese no iba a cambiar de idea lo sabía. Pero debía intentarlo
-Rubén, si vas allí no puedo prometerte nada. Si tú te alejas de mí, nada me impedirá alejarme de ti.
Fui duro lo sé, pero necesitaba serlo, o se iría. Tan solo quería hacerle, pensar hacerle cambiar de idea.
Narra Rubén
Las palabras de Samuel me llegaron al corazón, pero mi cabeza me decía que debía ir debía ingresarme.
A la mañana siguiente, me levanté temprano. Salí de mi casa, decidido a hacerlo.
Samuel aún seguía durmiendo cuando me fui, llamé a Mangel para comunicarle mi decisión.
Él me acompañó hasta la clínica psiquiátrica en la que sería hospitalizado voluntariamente.
Al llegar al lugar, estaban los chicos esperándonos supuse que Mangel les habría contado sobre mi decisión.
Entramos al lugar, vi como me miraban preocupados como si fuera un niño pequeño a punto de hacer la mayor tontería de su vida.
No les niego que me mirasen así, pero no era para tanto. Era mi decisión y no la cambiaría por nada.
Me acerqué a recepción, pedí los papeles, los rellené, ya estaba firmando cuando oí su voz.
-Rubén... .-gritó
Me di la vuelta venía corriendo hacia mí, yo me volví y firmé el papel antes de que me arrepintiese.
-Ya está chicos.- dije
Los chicos me abrazaron, Samuel se quedó parado en su sitio perplejo, sorprendido, incluso podría decirse dolido, decepcionado.
-Rubius, te echaremos de menos.- dijo Frank
-Te queremos, compañero.- dijo Guille
-Siempre.- dijo Alex
-Vuelve.- dijo Mangel
Pasé por delante de Samuel, no quería mirarle no quería echarme atrás en el último momento.
Lo hacía por él, no quería hacerle daño, no quería volver a ver su mirada, tenía miedo de mí.
Me agarró de la muñeca, y me besó. Fue un beso tierno. Fue un beso de despedida. Al separarnos, me abrazó fuertemente
-Rubén... .-susurraba.- Rubén te quiero, te amo, no te alejes de mí
-Volveré.- le dije.- Volveré
-¿Eso es una promesa?
-Eso es un juramento. Saldré de aquí en un mes.-dije abrazándolo aún más fuerte
-Rubén.- dijo
Narra Samuel
Nos separamos, no quería dejarle ir, no quería que se separara de mí. Pero lo hizo...
Nos separamos, fui con él hasta un pasillo, donde pasó. Quería ir con él pero no me dejaron, una mujer negó con la cabeza.
Le vi marcharse a través de aquel pasillo, se dio la vuelta y me miró. Nunca olvidaré esa mirada, esa última mirada que le vi.
Estaba asustado, era una mirada de preocupación y a la vez me decía adiós con su mirada.
Era una despedida, aunque ninguno quisiéramos admitirlo.
Miiil millones de graciiias por las 2K leídas sois únicos de verdad sois unos amores.
Un beso enorme para todos y un abrazo muy fuerte ♥
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BIPOLAR - Rubegetta
Fiksi Penggemar¿Qué pasaría si te quedas una semana en la casa de alguien que te odia? ¿Qué pasaría si tú eres la única persona que se da cuenta de qué algo le está pasando? Samuel y Rubén, una semana de convivencia y extraños cambios de humor que experimenta Rubé...